Pensativo volvió a la cabaña, mirando a Adamis sobre el colchón.
—¿Estás bien? —Preguntó ella con profundo interés.
Él asintió, pero Adamis notó algo diferente en su manera de mirarla.
—¿Y tú?
—Un poco asustada, pero bien. Vi que no te atacaron, ¿por qué?
—Son criaturas que mi pueblo honra con su amistad. Nada que temer.
Él volvió a la cama, meditabundo. Ella se movió para que se acomodara a su lado. Besó sus labios, pero él siguió en el mismo estado, sin corresponder.
—Fui testigo del poder que usaste para impedir que alguno de ellos entrará. ¿Cómo lo hiciste?
Adamis tragó saliva. Quería adormecer de nuevo a Aleksanteri para poder atrapar a Ashraf, pero todo quedó de lado al olvidar que la protección de la cabaña se había activado, nunca pensó que Aleksanteri lo notaría. N
