Adamis sintió la misma sed de venganza que cuando buscó a Braneida para asesinarla, y el mismo odio que se elevó cuando Augur no aceptó usar la energía que él podía vislumbrar para ella. No pudo fingir más, se volvió la mujer bestial, cruel e insensible que había llegado al bosque para buscar aliados y venganza. Dejando la farsa de ser la amable y tierna doncella para siempre, aprisionó a Aleksanteri, valiéndose de cadenas irrompibles forjadas para el control de la fuerza de un guerrero como él.
Había llegado por la tarde a la laguna y Scahard acudió, avisándole que en una semana partirían definitivamente de la zona y que ansiaba llevarla consigo. Adamis ya había tenido los sacrificios necesarios para tener el poder de dejar las montañas, aceptó y le dijo que si volvía por ella a la play
