En sus sueños había mirado a Gunnar rezar e invocar algo a su lado. Abrió los ojos sintiendo que la cabaña de Adamis y el naufragio solamente había sido un profundo sueño. Pensó mirar al Godar a su lado, pero dio un brinco al darse cuenta que Adamis mantenía sus ojos sobre él con evidente gesto de angustia.
—Has tenido fiebre, al parecer perdiste el conocimiento, pero ganaste.
Él tragó saliva sintiendo seca la garganta. Ella pasó agua fresca a sus labios, bebió hasta calmar su sed. Pronto sus recuerdos volvieron, pero nada familiar al combate.
—¿No recuerdas lo que pasó? —Preguntó ella aturdida.
—No, pero vi al animal que dijiste. Eso es todo lo que recuerdo.
Se movió recostándose sobre la cama, sintió leve dolor en las piernas y en el costado.
—Recibiste varias heridas, pero n
