Saliendo del baño, Jagger no pudo evitar quedarse en un momento bajo el marco de esta para simplemente admirar a su omega rebuscar ropa en sus cajones, vistiendo solamente una camiseta blanca que llegaba más allá de ese perfecto trasero y caía en uno de sus hombros, revelando algunos chupetones y mordidas juguetonas que había dejado en su entretenida noche.
Había algo tan... Especial y hogareño en esa simple escena, que el alfa no podía simplemente dejar de contemplarla en silencio, llenándose de ese cálido sentimiento que se expandía por su pecho.
Cuando su gatito soltó un resoplido que el alfa inmediatamente detectó como irritado, se internó en su habitación y le abrazó por detrás.
—¿Qué sucede, bebé? —preguntó, plantando sus labios en la sien de su pareja.
—Como puse mi ropa a lavar
