Me quedé sin aliento por segunda vez al registrar lo que había dicho. Me voy a correr tanto dentro de ti que estarás goteando mi semen todo el día. Joder. Si no estuviera ya muy excitada, pasaría de estar seca a estar empapada en un segundo por esas palabras. Al principio, todo lo que podía hacer era mirarlo como si mi cerebro tuviera un cortocircuito y no pudiera ni siquiera pensar, mucho menos moverme. —Bella… —Martín habló en voz baja pero con toda la advertencia—. Tienes suerte de que necesite cogerte tanto, pero ten por seguro que luego te castigaré. ?O tal vez debería castigarte ahora? —Sonrió maliciosamente—. ?Quizás no te deje llegar al orgasmo mientras te follo? Esa amenaza lo hizo. Me puse en posición tan rápido que me mareé. Una risa oscura salió de Martín como si le divirtie