Necesito ese co?o tuyo primero. Joder, me podría poner a tono con eso. Estaba muy caliente y necesitaba desesperadamente un poco de alivio. La vela de masaje ya había sido suficiente para ponerme en marcha, y chupar su polla era la guinda del pastel. Casi me reventaba con toda la frustración s****l que sentía. —Acuéstate de espaldas —me dijo Diego, y yo hice lo que me había dicho. Se bajó de la cama y empezó a desvestirse, lentamente, arrastrando la ropa como si quisiera que estuviera aún más desesperada de lo que ya estaba. No creí que pudiera estar más necesitada. Sus ojos brillaron con el brillo al que me había acostumbrado y que amaba.? Involuntariamente, mis ojos recorrieron su cuerpo, captando cada detalle. Mi mirada siguió sus manos mientras agarraba la tela de su jersey gris y s