- ¿Disculpe segnorina, usted es Estefanía Martínez? - Me dice uno de los mesoneros. - ¿Sí, por qué? - Le digo sorprendida. -Es que ya vinieron a buscarla. - Dice él todo educado. -Tan rápido, pero si apenas son las diez. - Digo sorprendido, él mesero pone una cara de todo un poema y tiene razón, él no tiene la culpa. -Vale, dígale que ya salgo, gracias. - Le digo al mesero y él se va. -Sí acabas de llegar, ¿para dónde vas? - Me gruñe Carmencita. -Lo siento Carmencita, te prometo que mañana si la pasaré todo el día con ustedes, se me presento un inconveniente y me tengo que ir. - Le digo ya levantándome de mi silla, todos tienes su mirada puesta en mí, menos la lagarta que disfruta la idea de que me vaya. - ¿Cuál inconveniente? - Me gruñe Paty. -Paty, no tengo tiempo de expli