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Aparqué el coche delante de mi casa con la certeza de que no iba a ocurrir nada bueno después de todo lo sucedido, pero sabía que era una obligación asistir al funeral como amigas que hemos sido.
Saqué todas las maletas del maletero llamé a la puerta de casa para que me ayudasen a llevarlas dentro. Mi hermana pequeña salió a ayudarme porque al parecer mis padres estaban en casa de los padres de Lara.
Pasé casi todo el día con mi hermana hablando de lo ocurrido porque, aunque tenía 16 años entendía la gravedad del asunto.
El funeral iba a ser al día siguiente, pero Nora insistió en que viniese a mi casa a dormir para poder hablar de lo sucedido. Parecía estar bastante enfadada con lo ocurrido cuando no era culpa de nadie lo que le había pasado a Lara, a pesar de que yo me sepa otra versión de la historia.
-¡Es tú culpa! Debiste de haber ido con ella –en cuanto abrí la puerta, Nora se me echó encima.
-Le dije que se quedara, no te atrevas a echarme a mí la culpa –la miré mal.
Respiró hondo y bajó la cabeza. Supongo que se había dado cuenta de la barbaridad que había dicho.
-Lo siento, es que la situación me da mucha impotencia –se disculpó.....
Aparqué el coche delante de mi casa con la certeza de que no iba a ocurrir nada bueno después de todo lo sucedido, pero sabía que era una obligación asistir al funeral como amigas que hemos sido.
Saqué todas las maletas del maletero llamé a la puerta de casa para que me ayudasen a llevarlas dentro. Mi hermana pequeña salió a ayudarme porque al parecer mis padres estaban en casa de los padres de Lara.
Pasé casi todo el día con mi hermana hablando de lo ocurrido porque, aunque tenía 16 años entendía la gravedad del asunto.
El funeral iba a ser al día siguiente, pero Nora insistió en que viniese a mi casa a dormir para poder hablar de lo sucedido. Parecía estar bastante enfadada con lo ocurrido cuando no era culpa de nadie lo que le había pasado a Lara, a pesar de que yo me sepa otra versión de la historia.
-¡Es tú culpa! Debiste de haber ido con ella –en cuanto abrí la puerta, Nora se me echó encima.
-Le dije que se quedara, no te atrevas a echarme a mí la culpa –la miré mal.
Respiró hondo y bajó la cabeza. Supongo que se había dado cuenta de la barbaridad que había dicho.
-Lo siento, es que la situación me da mucha impotencia –se disculpó.....
Aparqué el coche delante de mi casa con la certeza de que no iba a ocurrir nada bueno después de todo lo sucedido, pero sabía que era una obligación asistir al funeral como amigas que hemos sido.
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El funeral iba a ser al día siguiente, pero Nora insistió en que viniese a mi casa a dormir para poder hablar de lo sucedido. Parecía estar bastante enfadada con lo ocurrido cuando no era culpa de nadie lo que le había pasado a Lara, a pesar de que yo me sepa otra versión de la historia.
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