Artur va hasta la corte como cada mañana. Keisha termina de arreglar su habitación y luego regresa a sus aposentos. En verdad, todo allí adentro estaba perfectamente acomodado y solo tuvo que ordenar su cama y la ropa que el rey se había quitado para bañarse. —Sobrina —La princesa Ryanah entra a su habitación y la saluda. Keisha se levanta del sillón donde se encuentra sentada para saludarla. Ambas se hicieron muy buenas amigas y Ryanah no pasa un solo día sin venir a verla. —Princesa, que bonito verla esta mañana. —Oí que mi sobrino, el rey, la dejo salir. Espero que sea el inicio de una buena relación entre ustedes y pronto se vea a niños príncipes corriendo alegremente por esos pasillos. —Si, él me ha dado algunas tareas que debo realizar —Keisha carraspea, apenada. —Parece que no