Consigo pasar el resto de la semana sin parecer idiota entre mis compañeros de clase y los amigos de Robbie, que al parecer también son míos. Es bastante enloquecedor jugar a estos juegos para averiguar nombres y otra información sobre ellos que se esperaría que yo supiera. El secreto, lo he aprendido, es mantener la boca cerrada y escuchar los nombres y pistas que se dejan caer. Con Mónica es un poco más fácil, porque puedo buscar pruebas por toda la casa cuando ella no está, y por supuesto está Tommy, que proporciona muchísima información, sin saber que yo ya debería saber estas cosas. He estado jugando con él a preguntarle cosas como: — ¿Te acuerdas de nuestras primeras vacaciones? ¿Adónde fuimos? —Se lo digo con voz alegre, animándolo, y él me lo cuenta, y luego sigue dándome más infor