NARRA GISELA
—La bebé es mi hija —dijo Guillermo entrando a la habitación donde estaba alimentando a la niña.
Había cuidado mi embarazo y estaba más que ilusionada con la posibilidad de que Joshua fuera el padre de mi hija. Sin embargo, como siempre, la vida nunca me da lo que quiero. Miré a la niña dormida con su boca en mi seno y no supe como reaccionar. Solo escuché aquella pequeña voz en mi mente. Que me decía que la cuidará y que no me comportará como lo hice con Cecilia.
—¿Qué pasará ahora entre nosotros? —pregunté y el niega.
—No pasará nada, seguiremos siendo los padres de nuestros hijos, viviremos en esta casa —se limitó a decir, mientras viene a buscar a la pequeña que por un momento también se reusó a ver por el miedo de enamorarse y que no fuera su hija.
—No te entiend
