Un mes después... Carlos Fontaine —Deberías ir a casa hoy, Carlos. Casi es media noche amigo, necesitas descansar –David me hace volver paulatinamente a la realidad. —Ya nadie está en la empresa y tampoco quedan asuntos por atender. Suspiro. No tengo ganas suficientes para contestar. —Vamos —ordena. —Dame la llave, yo manejo. No has ido desde hace dos días —luce realmente molesto cuando habla. –¿No crees que ya es hora de que te comportes como un hombre y enfrentes las cosas? Paso mis manos por la cara. Estoy cansado. Muy cansado y triste. Pero no quiero ir a esa casa donde me torturan los recuerdos y la conciencia. —¡Oye! Necesitas ducharte, afeitarte, comer una comida de verdad y sobre todo dormir —insiste bufando. —¡Mírate! Eres un zombi, Carlos —me señala. —Estás más muerto que v