Su boca insaciable besaba todo mi cuerpo, la sorpresa me había paralizado, además disfrutaba lo que me estaba haciendo, mientras nos besábamos nuestra manos se cruzaron para ir a nuestras rajas, la ventaja es que sabíamos dónde tocarnos. Fue un orgasmo rápido, pero no tardó en llegar un segundo, a esa altura desfallecimos unos instantes, salimos nos secamos y nos dirigimos a la cama. Todo se desencadeno tan rápido, que no podía coordinar mis pensamientos. Creo que, de no haber tomado mí prima la iniciativa, no hubiese sabido como comenzar, realmente fue algo bestial, jamás me hubiese imaginado que sería tan excitante. Me volqué en la cama, Vero se acercó y su mano acaricio mi rostro, su mirada tierna, me envolvió, nos mirábamos como dos enamoradas, sus dedos recorrían mi desnudo cuerpo,