Por esta noche, olvidemos que el mundo existe.
Sucedía algo muy curioso en la casa de los Kahler y es que la señora de la casa no para de moverse de un lado a otro pero vamos, ¿Quién estaría tranquilo cuando dentro de unas horas llegaron cientos de invitados? nadie podía estarlo realmente, como era tradición las máscaras formaban parte del vestuario obligatorio, la decoración era preciosa, elegante y minuciosamente seleccionada. Marlene había hecho un gran trabajo quedándose a cargo de todo, los colores típicos de esta estación del año: rojo, amarillo, verde y naranja, calabazas de cera para que estas no se pudrieran, flores delicadas y comida deliciosa, aperitivos pequeños pero que llamaban la atención. El plato fuerte será servido al momento de la cena, música de entretenimiento en viv
