El instinto de supervivencia, es lo que te mantiene con vida. La mañana siguiente al salir de aquella habitación Helena siente que finalmente puede respirar en paz, siente que su corazón late demasiado fuerte para su gusto por lo que hace ejercicios de respiración para así poder tranquilizarse, sin embargo parece algo inútil al respecto, tiene ganas de llorar ahora mismo por lo que no evita que las lágrimas salgan con libertad. Odia esta vida, no le gusta para nada arriesgarse de esa manera sin embargo siente impotencia al no poder hacer nada. Se desliza lentamente por su puerta hasta caer en el piso y entonces abrazarse así misma para llorar en silencio. No puede evitar que el pánico tomará todos sus sentidos, siendo que hay una gran probabilidad de que fuera descubierta sin embargo pa