Recorre con nerviosismo el jardín con su mirada, encontrando un joven que se acerca a él a paso lento, con sus pies descalzos. Algo parece no estar bien con el joven de oscuras ojeras, más Nico ignora este hecho, le sonríe suavemente al otro joven que se queda inmóvil a un par de metros de él.
Nico- ¿E..Estás bien? Siéntate por favor, no creí poder encontrar a nadie, no tienes idea de lo que me ha pasado hoy..
El otro joven no pronuncia palabra alguna, se acerca a Nico mirándolo casi con curiosidad, sin tomar asiento cómo este le ha pedido.
Nico- Todos me dijeron que no saliera, pero no lo pude evitar, aquí no puedo dormir.. Y yo.. vi..
La voz de Nico tiembla, al igual que su cuerpo entero, por lo que guarda silencio al sentir nuevas lágrimas formarse en sus ojos.
Nico- P..Perdón.. ¿Te estoy incomodando?
Al mirar al otro joven, Nico solo percibe un suave movimiento de su cabeza, negando ante su pregunta. Por lo que con otra sonrisa, Nico le observa, sonriendo nuevamente pese a sentir otro escalofrío.
Nico- ¿Me acompañas un rato? Siéntate a mi lado, por favor, quizá solo necesito un poco de compañía para calmarme.
Sentándose junto a Nico, el joven permanece con la vista al frente, observando el jardín.
Nico- ¿Cuánto llevas aquí? Yo tengo una semana, vine por que me desmayé y resultó ser que se me reventó el apéndice, tengo una cortada con suficientes puntos para no querer contarlos.
Sin voltear, el joven niega con su cabeza, dejando a Nico confundido.
Nico- ¿Por qué viniste? Debes de recibir visitas, yo no recibo visitas, aunque es mejor.
Levantando su mano de forma lenta, el joven la lleva a su pecho, para después volver a su posición erguida.
Nico- ¿Podrás salir pronto? Yo debería poder salir en un par de semanas.
El joven niega en respuesta.
Nico- ¿Siempre vienes aquí de noche? Yo he sido correteado.. P..Por todas.. y cada una.. de las posibles leyendas de h..hospital..
Ante el tono de voz de Nico, el joven voltea a verle de forma breve, bajando su mirada cómo si sintiese lástima por él. Más en cuanto abre la boca, un suave lamento sale de esta, alarmando a Nico.
Nico- ¿Estás bien?
Tomando la mano del otro joven, Nico da un leve salto en su lugar al verse sujeto por este, quien voltea a verlo rápidamente con una mirada tétrica que le hace temblar. El joven parece no parpadear, su rostro parece tornarse levemente oscuro pese a que lo acerca al de Nico, quien se pone rígido al percibir la baja temperatura del otro. Casi cómo el mismo mármol.
Nico- ¡E..Estás helado! ¡¿Te han perseguido a ti también?!
Y con dificultad ante el temblor de su mano libre, Nico comienza a quitarse su sudadera, para estupefacción del otro joven. Quien debido a su sorpresa, suelta la mano de Nico, que ni bien se ha quitado su sudadera comienza a ponérsela al otro joven independientemente a la rigidez de este.
Nico- Esto te va a quitar el frío.
La sonrisa que Nico le regala, mantiene la mirada del otro joven en este por algunos minutos, para después volver a poner su mirada lentamente en el jardín. Nico divaga, obteniendo nada más que afirmaciones o negaciones con suaves movimientos de la cabeza del otro, hasta que el cielo parece obtener una tenue claridad dejando en claro sus tonos azules.
Nico- Ay.. Ahora tengo que volver. .. .. Tenemos que volver.
Nuevamente, una afirmación leve del parte del joven, es lo que percibe Nico.
Nico- Hablé mucho.. ¿Te molesto?
Una clara negación de cabeza.
Nico- ¿Crees que aún estén todos esos f..fantasmas?
El joven, parece reflexionar en su respuesta, observando momentáneamente la expresión asustada de Nico. Poniéndose de pie, extiende levemente su mano hacia Nico, quien sonríe de forma alegre al tomarla. La temperatura del joven es incluso más fría ahora, sin embargo Nico ignora esto, colocándose de pie junto al otro.
Nico- ¿Me vas a acompañar hasta mi habitación? ¿No te van a regañar?
Una afirmación, seguida de una negación de parte del joven, acción que tranquiliza a Nico. Quien le guía felizmente, hablando aún más en un intento por disimular su estado de alerta al recorrer el camino de vuelta, ralentizando sus pasos en ocasiones al percibir escalofriantes sombras en las esquinas. Las cuales retroceden extrañamente, mientras el otro joven jala de él para que avance de forma suave, haciendo sonreír a Nico debido al apoyo.
Una vez llegan al pasillo en el que está la habitación de Nico, el joven le suelta, por lo que Nico hace un puchero de forma inconsciente. Podría jurar que pese a que la temperatura del joven parecía no mejorar, si sostenía su mano por unos minutos más, quizá podría darle un poco de su calor. Nico recibe la curiosa mirada del joven, al que puede observar con más detalle ahora, bajo las tenues luces del pasillo.
Cabello n***o sin brillo bajo el gorro de la sudadera, piel tan pálida que deja en vergüenza el blanco de las paredes, ojeras tan oscuras que casi parecían golpes. Una alarma suena en la cabeza de Nico, más el agradecimiento se superpone al temor que este le evoca, por lo que le regala otra suave sonrisa al joven.
Nico- ¿Vienes por mí en la noche?
El joven lo piensa con detenimiento, levantando su mano para señalar el pasillo cercano al ascensor, en un movimiento que Nico juraría debió ocasionar algún ruido contra la pared de la esquina.
Nico- ¡Ahí te veo! .. Yo soy Nicolas, dime Nico, tengo 20. ¿Tú cómo te llamas?
Otro suave lamento sale de la boca del joven, borrando la sonrisa de Nico, quien se despide de este con prisa en un movimiento de mano al verse interrumpido por las voces de unas conocidas enfermeras. Si bien toma un parpadeo, Nico ve cómo el joven corresponde el ademán de su mano con uno igual, para luego desaparecer en lo que le toma un giro de menos de un segundo de su cabeza. Esto hace que arrugue su entrecejo en confusión, entrando en la amplía habitación de forma lenta, para escuchar un susurro en su oreja en medio de la oscuridad que le hace congelarse en su lugar de forma temblorosa.
-Lion
Claro que durante la revisión mañanera, regañan en reiteradas ocasiones a Nico, a quien se le ha abierto una puntada. Además, su drenaje ha sangrado manchando incluso la cama, cosa que Nico no había notado. Hurgando en su memoria, al recordar la alta figura del joven a quien le ha dado su suéter, se alivia al rememorar no se la ha dado manchada.
Por supuesto las preguntas de qué le ha pasado, no se hacen esperar por nadie que le conoce, ya que para el medio día es incluso evidente que Nico ha perdido su sudadera. Por suerte para el joven, las enfermeras le tienen en alta estima, por lo que en la tarde le obsequian un suéter oversize de punto. Casi cómo una broma, la traen en un rosado pálido, que a Nico más allá de sus expectativas le termina encantando.
Las enfermeras y doctoras no pueden más que dejarse guiar por la ternura que este les provoca, consiguiendo para él unas galletas que solicita, con la promesa de que en realidad él no las comerá. Esto cultiva un poco de celos en sus compañeros de habitación, quienes se muestran atentos en caso de que el joven se atreva a comer algún dulce, ya que en la recámara todos lo tienen prohibido. Nico en cambio se concentra en dormir, en un intento por recuperar las horas de sueño perdidas, esperando con ansias poder salir con el otro joven.
La espera es larga, más justo cómo le ha prometido, el joven le espera cerca del ascensor. Con un breve saludo, ambos permanecen frente al otro, hasta que Nico toma la fría mano del joven para guiarle hacia la zona verde para pacientes. Nico en ocasiones se pega a este, exaltado por los seres que aparecen por los pasillos, más relajándose al verlas retirarse por las esquinas.
El joven no muestra más que curiosidad ante las reacciones de Nico, quien se sonroja levemente después de cada incidente, al sentir la mirada del joven sobre él. Una vez llegan al amplio jardín, el joven le intenta devolver la sudadera a Nico, más este se niega.
Nico- Si no te molesta, quizá no la puedo lavar por el momento, de hecho me gustaría darte una nueva pero.. Te la regalo, si tú.. La aceptas.. .. ¡Es más! Te traje galletas.
Ante la tétrica mirada fija de sorpresa, Nico se estremece levemente ante el fuerte escalofrío que le recorre, ya que estos no paran en cuanto se encuentra con el joven.