Viernes. Katia y yo nos reunimos con el señor Rodríguez en la mañana, le comente sobre el viaje a Ibiza y él me dijo que me daba una respuesta al final del día.
Hoy vuelo a Moscú, con el Eldert que es muy serio conmigo, Samuel todo un conquistador, me invito a salir y me lo estoy pensando, pero es que su fama don juan pesa , Julia resulta ser una buena persona y una buena compañera de trabajo, Mariana “La insoportable” no es tan agradable como me pareció al principio hace comentarios hacia mí que dan ganas de hacerle gratis un alisado japonés…pero después me acuerdo que tengo facturas que pagar y pienso que le cobrare el doble a la muy estúpida, y Katia que después de vernos con mucha intermitencia durante años ya esta con nosotras en Madrid.
Este día soy responsable de un menor de edad que viaja solo, el chico es un encanto con solo 8 años habla tres idiomas: ruso, inglés y español. Sus padres viajan a Alemania y a él lo mandan donde sus abuelos a Moscú. Eso si viaja con estilo en primera clase, mientras hago mi trabajo siempre veo al chico, de verdad es un encanto. Después de más de cuatro horas de vuelo llegamos a nuestro destino salgo con el chico, pasamos por migración y vamos al encuentro de su abuelo, nos despedimos y se va, creo que lloraré; me pasa frecuente cuando me viene la menstruación.
A las 21.30h llegamos a Madrid, estoy muerta y para cerrar con broche de oro me he caído al salir del avión ¡QUE OSO!, de verdad me la paso en el piso, es como si la gravedad se burlara de mí, obviamente mis compañeros se han burlado, y los entiendo, vamos…que si ellos rodaran por el piso con el mismo estilo con el que ruedo o sea parezco un sapo en carretera pisado, también me partiría de risa, me levanto muy digna con la ayuda de Eldert, mientras Samuel no hace otra cosa que hacer bromas sobre mi clase al caer.
Hoy no traje coche así que me sale taxi, Julia anda en la misma que yo así que vamos a compartir taxi, toda una aventura. De pronto aparece ante nosotras un tiarrón, alto, rubio, y para que mentir con unos ojitos color miel que le sientan de un bien, el hombre tiene porte, derrocha virilidad por todos sus poros, de verdad es un sueño; Mateo.
Se acerca a mí me da un beso en la mejilla y lo mismo hace con Julia.
-¿Qué hace dos bellas mujeres solas a esta hora?
-Escondernos de ti, pero es imposible –digo sonriendo.
Se ríe, ve a Julia dice.
-Simplemente me encanta, me vuelve loco esta mujer –dice él. Julia ríe.
-No se pongan en plan romántico, siento que con ustedes cerca padeceré de diabetes.
Mateo, desde que lo conocí se muestra muy interesado en mi, rodea mis hombros con su brazo y nos dice que nos llevara a nuestras casas y no aceptara un no por respuesta. Así que nos vamos con él.
Hablamos durante todo el trayecto, primero dejó a Julia y luego a mí, le quedamos en la vía a su piso. Me despido de él y me recuerda que quedamos en comer todos juntos mañana, sí, me daré esa oportunidad total tengo tiempo hasta mi próximo vuelo.
***
A la mañana siguiente me cuesta pararme de la cama, a veces me gustaría estar todo el día e cama y más en esos días del mes que para las mujeres son fatales, esta vez me vino con complejo de las cataratas del Niagara, con dolor y con hinchazón en los pies; tengo el combo del mes.
Grecia entra como un vendaval para levantarme entre empujones y palabras rápidas que no comprendo, a lo que me paro voy al baño dispuesta a tomar una ducha y animarme a que mi día puede mejorar, escucho a la distancia que mi móvil, el parloteo de Fiusha es eterno.
Al salir de la ducha me siento un poco mejor, me visto y arreglo para un nuevo día laboral, antes de salir de casa me tomo una ibuprofeno y me siento mucho mejor. Cielos es temprano, voy camino al aeropuerto y ya quiero regresar a mi camita con mi pijama de patitos; Fiusha sabe que estoy en mis días de terror, al llegar al aeropuerto me informan que tengo que ir a las oficinas de la compañía, el simple hecho de subir al coche y conducir me da una pereza…
-¡Hola! Madison, ¿Cómo estás?-dice Eldert con una sonrisa matadora.
-Hola, estoy bien ¿y tú?-mi cara debe ser un poema del dolor.
-No tienes buena cara ¿te encuentras bien?
-Sí, me siento excelente, YUUUPIII…lo siento, me siento un poco mal, pero ya me tome algo.
-Te llevo a tu casa, así no puedes tomar el vuelo pautado por muy corto que sea.
-Tranquilo, traje mi coche.
-Déjale tus llaves a Grecia, lo digo en serio.
-¿Por qué tengo que hacer lo que digas?
- Por el simple hecho de que no tienes buena cara.
-Discúlpame por no tener la cara de un ángel de victoria secret’s, no es necesario que me lo digas a la cara.
-Es preferible que te regreses a casa, Loopsita. La verdad es que estas de espanto y brinco, si te me apareces en el parking juro que grito. –dice Grecia. Estaba al lado del señor Carlos.
JODER CON MI SUERTE.
-Tomate el día, pero la semana que viene te necesitare ara un viaje largo, dormirás por allá. Asi pagas las horas de hoy.
-Pero me encuentro bien.
-No es por llevarte la contraria pero en este trabajo la apariencia lo es todo, y lo que dejas que los demás vean es tu cara de enferma, sin ofender Madison.
-Está bien, me iré a casa. Nos vemos mañana.
Le doy las llaves a Grecia y me voy con Eldert a casa.
***
-¿Qué tienes? Maddy.
-Un dolor abdominal, nada grave. ¿Quién te dijo que me sentía mal?
-Evan, sabes que es un gran amigo.
-Será chivato ese tío.
-Nada de chivato, si no es por él no me entero de tu malestar; vi a Grecia y no me dijo nada. ¿Por qué no me avisaste?
-La verdad… es que me pareció una tontería y no lo vi como algo importante.
-Maddy, todo lo que te pase es importante, por lo menos para mí. No vuelvas a ocultarme algo así, confío en ti y no quiero que eso cambie ¿de acuerdo?
-Sí, Matt. No volverá a ocurrir.
Hablamos por un largo rato y lo invito a almorzar algo casero y aceptó, no lo envenenare pero tampoco será algo gourmet, se lo básico de la cocina. Comemos y seguimos hablando de todo un poco, nos sentamos en el mueble a tomar café y me besa.
Dios, este hombre me gusta mucho, con un beso hace que me traslade a una historia de alguna novela romántica, cuando el beso se hace más profundo, noto nuestras respiraciones agitadas y nos separamos con pesar. Él tiene que volver al trabajo, tiene que hacer un viaje pronto, solo imaginarlo lejos siento que falta algo.