Los días pasaron y el ambiente estaba cargado de emoción por el próximo viaje, que sería pasado mañana. Durante este tiempo, descubrí que fue Mateo quien ordenó cambiar mi horario para mantenerme alejada de Eldert y hacerme pasar más tiempo en la oficina. Mateo se ha mantenido distante de mí y del aeropuerto, así que finalmente tomé una decisión definitiva: seré aeromoza de manera permanente. Me siento mucho más tranquila con mi elección.
Ningún hombre tomará decisiones por mí ni controlará mi tiempo a su antojo. Soy la autora de mi propia historia y eso es algo innegociable.
Así que me estoy preparando para el aterrizaje junto a mis compañeros. Estoy hambrienta y me cuesta enfocar la vista. Una vez que todos los pasajeros han desembarcado, procedemos a salir nosotros. Durante estos días, Eldert ha estado a mi lado en todo momento, tratando de protegerme de Mateo sin saber por qué. Él no sabe nada, y yo me mantengo en guardia para no encontrármelo en ninguna parte. Eldert se ha convertido en mi fiel guardaespaldas, al igual que Evan, pero en este momento, Evan está en un vuelo largo con Grecia y Katia. Puede que sea cobarde, pero me aterra quedarme sola en casa, ya que he visto el coche de Mateo estacionado cerca de mi apartamento a altas horas de la noche.
Eldert me invita a comer, ambos estamos muertos de hambre. Estas vacaciones nos han salido caras, ya que no hemos parado de viajar. Llegamos a un restaurante en Madrid que él me dice que tiene una comida excelente. Normalmente, soy muy básica en mis elecciones de comida, así que pido carne con papas al vapor y ensalada, y él, al escuchar mi pedido, pide lo mismo. Comemos mientras compartimos risas y anécdotas.
Cuando llegamos a mi edificio, nos despedimos y él se marcha en su coche. Estoy buscando mis llaves para abrir cuando, de repente, un chico me aborda por detrás y me apunta con una navaja exigiendo que le entregue mis pertenencias. Me siento asustada y, en ese momento, mi mente se queda en blanco. Olvido todas las clases de defensa personal y solo agarro con fuerza mi bolso, mientras el chico insiste en que se lo entregue.
Siento que han pasado treinta minutos en esta situación, pero de repente siento un corte en el abdomen cuando me volteo rápidamente. Veo que Eldert está propinándole una paliza al chico, que da pena. Algunas personas que pasan por allí probablemente llaman a la policía. Solo veo borroso y no tengo idea de lo que sucede después de eso.
Cuando vuelvo en sí, veo la cara de preocupación de Eldert. Él está hablando, pero al principio no escucho nada. Solo veo sus labios moverse rápidamente, luego comienzo a escuchar de manera gradual. Me pregunta si me duele algo y respondo que no. No sé en qué terminará todo esto, solo sé que Eldert me dice que debemos poner una denuncia en la comisaría, y eso hacemos.
Eldert me acompaña a mi apartamento. Cuando entro, me asomo por la ventana y él viene detrás. Se da cuenta de que me tenso al ver lo mismo que él: Mateo tiene su coche estacionado. Al vernos asomados por la ventana, golpea el volante y se va a toda velocidad, superando el límite permitido.
-No quiero quedarme sola aquí - mi cabeza es un caos.
-No estarás sola, lo prometo. ¿Quieres que te lleve a casa de tus padres o de un amigo? - pregunta. -No, mis padres se preocuparían y no quiero molestar a nadie - digo mientras preparo una bolsa para pasar la noche en cualquier lugar excepto aquí.
-Dudo que te sientas segura en un hotel. Si quieres, puedes quedarte en mi casa o me quedo contigo aquí, como te sientas más cómoda - dice tratando de ayudarme.
-No quiero molestarte, ya tienes suficiente con pasar por todo este desastre conmigo. Por cierto... ¿por qué regresaste?
-Olvidaste tu celular en el coche y te lo traje de vuelta. – su cara pasa de estar molesto a aliviado - Llegué en el momento justo. Estás bien, ese idiota no te hizo daño. ¿Eso es todo lo que necesitas llevar?
-Sí, solo necesito lo básico para pasar la noche. Cuando Grecia esté en Madrid, le diré que me busque y ya está.
-Perfecto, vámonos.
-¿A dónde vamos? - pregunto.
-Vamos a mi casa. No estarás sola y cuando llegue Lalo, la buscaremos y las llevaré a tu apartamento para que arreglen sus cosas para el viaje.
Vamos camino hacia el apartamento de Eldert, él me cuenta anécdotas vergonzosas de Evan en el internado. Me río tanto que comienzo a sentir una molestia en el abdomen, así que lo reviso.
-¡Mierda! - al levantarme la camisa, veo un corte del cual sale sangre.
-¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? - pregunta. Al ver mis dedos manchados de sangre, dice - vamos al hospital para que te revisen ese corte -Está molesto y preocupado al mismo tiempo.
-No es nada - digo encendiendo la luz dentro del coche mientras entramos al estacionamiento de unas residencias -. Es superficial, solo que la sangre asusta un poco.
Cuando me doy cuenta de lo preocupado que está Eldert, sale del coche para abrirme la puerta. Me ayuda a bajar con mucho cuidado. En ese momento me doy cuenta de muchas cosas, cosas que me he negado a ver por voluntad propia. Pero es que realmente me está gustando Eldert.
Mateo siempre fue directo, pero reservado a la hora de mostrar su verdadero ser. Eldert, en cambio, es más reservado, pero siempre ha estado pendiente de mí. Se preocupa, es galante y tenemos muchas cosas en común, sin mencionar que es un hombre guapísimo. Cuando entramos a su apartamento el olor a su perfume me invade de una forma muy agradable, me impresiona lo cuidadoso que es conmigo y lo ordenado que se encuentra su hogar. Me sienta en su sillón mientras busca el botiquín de primeros auxilios. Cuando regresa, siento una sensación cálida debido a los sentimientos que tengo por él, nunca me fije en él como hombre, solo como amigo.
- ¿Te encuentras bien? ¿Te duele mucho? ¿Quieres que vayamos al hospital? - pregunta.
- Estoy bien, solo me dio mucho calor - comienzo a mover mi camisa.
- Déjame ver primero la herida.
Cuando toca mi piel, siento una corriente eléctrica, pero no soy la única. Él también lo siente. Limpia un poco la herida y se da cuenta de que es superficial.
- Será mejor que vayas a darte una ducha. Cuando estés lista, limpiaré la herida de nuevo y le aplicaré ungüento para que cicatrice rápidamente. Tienes razón, hace calor.
Me dirijo hacia donde me indica y tomo la toalla que me da. Nos miramos fijamente un momento y notamos mucha tensión s****l. De repente, veo esos labios que me incitan a pecar. ¿Qué me está pasando? Él aparta la mirada y desaparece para darme privacidad durante el baño. Este Eldert que tengo en la habitación de al lado hace que una mujer seductora salga del armario de mi mente, que al parecer tenía escondida durante mucho tiempo. Mientras me ducho, me hago muchas preguntas. ¿Qué pasaría si beso a Eldert? ¿A qué sabrán sus labios? ¿Estoy loca por querer experimentar todas las cosas que él me ha hecho sentir en este momento? ¿Debería hacer caso a esa loba que desea comerse a ese corderito? ¿Qué pensará él de mí si ejecuto el beso? ¿Sentirá él lo mismo que yo? Dejo de pensar estupideces, pero mi imaginación recrea un posible beso con él y hasta dónde podríamos llegar si los dos queremos.
¡Maldición! Estoy volviéndome loca.
Salgo de la ducha y me pongo el pijama de pantalón y camisa de tirantes. Me dirijo a la sala y me doy cuenta de que él también se ha bañado y se pone la camisa del pijama. Veo que tiene un abdomen fuerte y marcado, como una deliciosa tableta de chocolate. Nos sentamos en el sofá para curar mi herida, que es una tontería. Él me pide que levante la camisa para comenzar, y cuando su mano roza mi piel, me excito terriblemente.
- ¿Estás bien? ¿Tienes frío? - pregunta al ver mis pezones marcados en la camisa.
- Sí - logro decir mientras veo su rostro. Él se muerde el labio y no pierdo de vista ese gesto.
- ¿Sientes esto? - mi respiración se acelera un poco y él asiente - Tengo que intentarlo.
Tomo su cara para darle un suave beso en los labios, él no se aparta, al contrario, me toma de la cintura y me sienta a horcajadas sobre él, su lengua es exigente pero gentil, su pene esta duro y comienzo a moverme como una amazona muy lento, mi sexo se moja de tal manera en que sin darme cuenta lo quiere invitar a que se adentre a lo desconocido, jadeo.
¿Hasta dónde llegara esta locura?