fiesta de aniversario.
Las manecillas del reloj marcan la una. Una hora después de las doce del mediodía. mayormente a esa hora la mayoría de las personas deben estar reposando la comida o descansando antes de seguir con su rutina o trabajo. pero sería muy diferente si es fin de semana.
–Eso no va con tu tono de piel– se queja una chica de pelo rubio atado en una coleta alta quitándole la brocha de maquillaje a su compañera.
– Yo creo que si – trata de arrebatarle la brocha nuevamente una mujer joven de pelo marrón rojizo.
–Silencio Laura, quien es la experta en moda aquí–
La mencionada volteo los ojos –lo admito, eres tu Carla– la vio sonreír orgullosa, volteo los ojos al ver su acción. realmente no le gustaba darle la razón. la hace tomarse muchas atribuciones.
–Entonces, deja a la que sabe hacer el trabajo– la empujo suavemente.
la de pelo marrón rojizo se quejó levemente cuando choco con un cepillo de pelo que estaba al lado suyo –al menos toma en cuenta lo que opina Martina– le reclamo nuevamente.
–ella está de acuerdo conmigo—la rubia de coleta alta volteo la silla desplegable para que la chica de quien se trataba la discusión la viera a la cara fijamente—¿estás de acuerdo? ¿verdad que si Martina? –
La de pelo negó liso la vio nerviosa –bueno yo e-enrealidad– fue interrumpida por la de coleta alta
–me alegro que estés de acuerdo— giró la silla de vuelta al espejo haciendo su voluntad en la cara de la chica de pelo liso, ganándose un suspiro de parte de la chica de pelo marrón tirando a rojizo.
la de pelo marrón rojizo no tuvo más remedio que dejar que actuara para ver el resultado, se encontraban en su casa acomodándose, o más bien dejando a Carla que lo hiciera a su manera. Habían quedado en reunirse las tres para irse juntas a la fiesta de aniversario de la empresa en la que trabajaba las tres.me llamo Laura carolina Ferrer, tengo veinticuatro años. Estudie arquitectura y orgullosamente puedo decir que soy la encargada de hacer los planos y maquetas respecto a alguna sucursal o edifico. Amo realmente mi trabajo y me dedico mucho para que cada persona que vea mi trabajo queden a gusto y que se apegue a las características que pidieron, no dejando de lado la creatividad y toque característico que me corresponde.
La rubia dramática de peinado parecido al de Ariana grande es Carla, ella trabaja en el departamento de administración. tiene varios cursos de maquillaje así que se puede decir que es la persona que siempre buscan las compañeras de trabajo para una salida o para pedirle consejo en cuanto a maquillaje o qué tipo de maquillaje le haría juego para una ocasión o un vestuario.
La chica de pelo liso n***o oscuro que está sentada frente al espejo es Martina. Ella está en el equipo de crédito y cobranza es una chica reservada y muy dulce. Compartimos la misma edad y de hecho es la chica que más conozco desde que estoy en esta empresa.
La empresa a la que pertenecemos es una importante y reconocida marca de diseño y distribuidora de carros de auto de lujos. cuenta con la sede principal a la cual pertenecemos nosotras, seis sucursales alrededor de todo el país, y ya la marca de la empresa se ha extendido a varios lugares que han hecho un trato con ellos para exportar sus carros en sus países por lo cual siempre están viajando para aprobar y dirigir construcciones de sucursales.
Carla se empeñó en arreglar a Martina porque sabía que le gustaba cierto chico de pelo castaño desde hace un año que lo vio en la empresa y como era tímida decidió empujarla a dar el paso llamando su atención vistiéndose para que se viera hermosamente, de hecho, se atrevió a darle un pequeño cambio de look al cortarle un fleco que le cubra toda la frente.
¡Carla obviamente aprovecharía para darse una arreglada después de ellas! ella aprovecharía de pedirnos nuestra opinión en cuanto a su vestuario, y aprovecharía para preguntarnos qué gusto tenía José, un amigo mío para poder ligárselo.
Lamentablemente yo también estoy entre los planes de Carla. ella siempre me dice que nunca me arreglo y si me acomodara seguido atraería a bastantes pretendientes cosa que no me interesaba por ahora. Realmente estoy acostumbrada a llevar mis gafas de trabajo y el pelo en una simple trenza. Me giré a ver cómo había quedado el maquillaje de Martina. Me quedé boquiabierta —¡no esta tan mal, quedaste hermosa Martina! —realmente me gusto como le quedo el fleco, la hacía más ver más tierna.
la de pelo liso n***o y ahora con fleco sonríe al espejo—creo que supiste captar mi esencia Carla, y me gusto como hiciste mi maquillaje—
la de cola alta hizo una pose de diva haciéndonos carcajear a ambas—hiciste bien confiando en mi Martina, no puedes confiarle tu maquillaje y a partir de ahora tu pelo a nadie más que a mí —se señaló orgullosa. seguidamente giró la silla apuntando a Laura. esta la vio interrogante —ven pequeño monstruo, llegó tu hada madrina—
ok. parece ser que mi turno llego más rápido de lo que esperaba que yo quisiera.
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– De verdad que es grande –exclamó Martina observando el edificio con ojos curiosos. Para esa ocasión la empresa había alquilado un lujoso edificio de cinco estrellas donde se haría la celebración —¿Cuál piso es Laura?—
—Según me dijo Luna es el piso número cinco—verificó viendo un msj en mi teléfono. entramos en el edificio de una manera que cualquier diría que estamos caminando por la alfombra roja. En la recepción pidieron nuestra identificación y tuvimos que esperar unos tres minutos a que verificarán quienes éramos y si realmente nos tocaba estar para esa fiesta. Me pareció exagerada la seguridad, pero supe que es su trabajo y quizás hayan tenido malas experiencias con alguna persona. nos dieron luz verde para continuar nuestro recorrido al piso cinco donde sería la fiesta.me acerqué a las escaleras para empezar a subir.
La de cola alta y la de pelo n***o liso la vieron extrañadas junto al ascensor –Laura– hablo delicadamente la de pelo n***o llamando la atención de la chica de pelo marrón rojizo —¿para dónde vas? —
—pues. subiendo el piso cinco— exprese viéndolas de manera obvia.
—¡estarás loca si crees que voy a seguirte! —Alzó la voz con voz dramática la rubia de coleta alta —para algo hay un ascensor, esperemos el ascensor. no quiero llegar sudada a la fiesta Laura, además creo que vamos tarde—
Voltee los ojos por el drama de ella—Apenas son las tres y cuarenta Carla. tenemos diez minutos para subir—
—¿Y por qué tendría que subir caminando cinco pisos? — protesto buscando una explicación que la convenciera.
Empecé a buscar alguna buena excusa en mi mente, pero la tenía difícil esta vez. Solo me quedara vacilarla un poco —simple Carla. salir de la rutina, además—le dirigí una rápida mirada maliciosa —estás un poco gorda amiga, hacer ejercicio no te haría nada mal— sonreí satisfecha al ver la cara de preocupación que Carla puso. ¡el plan que pensé funcionaria de maravilla!
–¡Que!—dio un grito asustada tocándose el estómago, luego las caderas tanteando cualquier cambio en su cuerpo —no se me nota ¿cierto?— le agarro las manos a Martina para que le diera su opinión sincera.
—Yo te veo flaca—paro de hablar al ver a Laura haciéndole señas en señal de ayuda para que colaborara en su mentirita piadosa —c-claro, pero no está nunca de más prevenir que curar– le mintió creíble.
—No se hable más— la chica de coleta alta camino hacia las escaleras. Subió dos escalones de un solo salto adelantándosele a la misma chica de pelo marrón rojizo que estaba allí desde hace unos minutos —vámonos— empezaron a subir calmadamente excepto la misma Carla que lo hacía con mente a que sería una aeróbico moderado.
Espere a que Carla se adelantara unos diez escalones para mirar a Martina agradecida por lo de hace minutos —Gracias Martina, no sabes lo mucho que agradezco que me hayas apoyado en cuanto a ir por las escaleras—
La del fleco sonrió satisfecha –no hay de que Laura. pero puedo preguntarte algo ¿Por qué no querías subir el ascensor? — la ve con mirada curiosa.
Puse la mirada en un lugar sin definición frotando repetidas veces mi cartera — la verdad es que, es que...—no encontraba la manera de decirle. confío en Martina, creo que de la empresa es la chica con la que mejor me llevo y sin contar que empezamos a hacer las pasantías juntas. pero aun así no tenía el valor de decirle.
La de fleco noto el torbellino de emociones y la lucha que la de pelo marrón rojizo llevaba en su mente —No te preocupes Laura— la tranquiliza. No quiere que se sienta presionada. Lo diría a su tiempo –mejor alcancemos a Carla, si llega antes que nosotras no regañara por hacerla esperar–
Laura sonrió un poco al ver que cambiaba de tema. Luego de eso se centraron en subir hasta llegar al quinto piso.
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siete minutos han pasado. estaban las tres chicas en el último escalón respirando agitadamente, esas escaleras habían sido más agotadoras de lo que pensaba
—chicas—se les acercó una joven con un vestido rosado claro y pelo marrón liso a la altura de sus hombros.
–Luna ¿Cómo estás? – se levantó para saludarla con un beso —tenía un mes que no te veía. me alegro que estés aquí—
–¿Viniste sola? –preguntó la del fleco saludándola igualmente. cosa que imito Carla.
–vine con Oscar –ella señaló al chico cabello marrón oscuro que tenía su pelo amarrado en una cola de caballo baja. este los saludó con la mano.
Carla corrió abrazarla —felicitaciones Luna— Carla sabe que ella y el ingeniero de sistemas se traían algo raro. Ya que a menudo se les ha visto muy juntos, pero estos lo negaban con la simple de excusa de ser buenos amigos.
—Gracias, creo ya puedo decir que ya es oficial—correspondió el abrazo igual de fuerte que carla, saliendo del abrazo de ella para corresponder el abrazo de laura que también la abrazaba con alegria —aunque.. siendo sincera. bastante que se tardó— todas se carcajean por el comentario.
—Me alegro de que por fin se hayan formalizado —la felicito igual Martina con un abrazo. Se separó para observarla. Se ve radiante —estas hermosa ¿Por qué no viniste con nosotras? Carla te fuera maquillado—
—no gracias— la rubia de coleta alta la vio ofendida —vamos. Carla tiene talento. Pero sabemos que para eso hay que hacer un contrato en el que le das la llave de todo. incluyendo como te peinas y como vistes—las presentes excepto una asintieron concordando —aunque…— las vio maravillada de arriba abajo a las tres —aunque debo admitir que me arrepiento. Están muy bonitas–
Martina y Laura sonrieron. La rubia quería algo más glamuroso para la ocasión, pero ellas la calmaron y pusieron sus condiciones. Pero a pesar de todo se acoplo muy bien a su estilo. Total, solo sería una noche, después volverían a sus típicos trajes elegantes de empresa.
La rubia usaba un vestido morado con una abertura a la mitad de pierna llevaba unos tacones plateados, un collar y argollas del mismo color que el calzado y una flor morada en su habitual peinado.
Martina llevaba un pescador azul marino claro más arriba de las rodillas, una camisa blanca que dejaba al descubierto sus hombros, unos zapatos semi-altos junto con su cabello suelto, cayendo a un de su cuello dejando el otro lado a la vista. Y obviamente teniendo en cuenta todos los cuidados que Carla le dijo que tuviera con su fleco.
Laura había optado por una falda negra a mitad de pierna que resaltaba su cuerpo, una camisa marrón de cuello alto que le cubre hasta las muñecas ceñida al cuerpo junto a unos zapatos de tacones color n***o, Y el cabello amarrado por una cinta marrón junto con una pollina del lado derecho de su frente sin dejar de lados un accesorio que lleva desde los quince años por problemas de miopía.
– ja, te lo dije –le echó en cara Carla a Luna. nos despedimos y nos adentramos en la fiesta, era un lugar lujoso inundado en risas y charlas, había un espacio enorme en donde había varias personas bailando junto a un elegante y moderno escenario donde se ve aun lado de este un dj a la orden de cualquiera que le pidiera alguna canción. Mas al fondo había una amplia barra con distintos licores, vino y cocteles por varios Bartender y que también la distribuyen los mesoneros por todo el lugar, realmente era un lujo todo esto.
Nos acercamos a la barra a donde estaba José conversando con uno de los mesoneros, lo saludamos cordialmente era hombre joven muy amable. charlamos un poco, después Carla nos hizo señas queriendo decir "gracias, no me hacen falta, ya pueden irse"
Martina y yo optamos por ir a la terraza que consiste en un jardín tipo barcón un poco más natural con aire fresco y una buena vista del cielo dorado señal de que pronto va oscurecerse el cielo para dar paso a la noche.vimos alli al castaño comiendo una especie de galleta con una crema salada.
–¡Qué rico está esto! –exclamo mientras tomaba de su copa un suave vino tinto, se percató de inmediato de las dos chicas –¡Laura, Martina! –
–hola Manuel– lo saludó laura mientras Martina saludaba con la mano tímida –¿cómo te ha ido con la edición del informe–
–El tonto de Fernando me dejo trabajando hasta tarde. me dejo ir hasta que terminara el informe– cr—no sé cómo estoy aquí sin caerme del sueño—
Laura se rio levemente. le tenía cariño a Manuel, aunque no se lo demostrara. ellos estudiaron en la misma secundaria los dos últimos años y es cercana al futuro heredero de la empresa, así que podría decirse que es el único que se toma la confianza con el —¿Cómo crees se ve hoy Martina Manuel?—
–¿A qué te refiere?'– pregunto confundido.
La de pelo marrón rojizo volteo los ojos con ganas de darle un Lepe por lo despistado que puede llegar a ser su amigo —¡no seas cobarde Manuel! Me refiero a su vestimenta y nuevo cambio de look. ¿verdad que esta hermosa?— le pregunto confidencialmente para que este respondiera.
El castaño la observa detalladamente.se sonrojó un poco al ver que tenía razón. Siempre la ha visto bonita, pero en esta ocasión. Se ve solamente hermosa a sus ojos. terminó sacando una ancha sonrisa —sí, ¡estás muy hermosa Martina!—
Martina se sonroja un poco también al igual que él. Expreso su felicidad con una sonrisa intentando no bajar la cabeza avergonzada esta vez, y mirarlo a los ojos —muchas gracias Manuel. ¿p-pudiste terminar el informe? Acuérdate que debes enviarme una copia para los accionistas el lunes— se le sentó al lado de el para que él le explicara con más claridad.
el castaño no apartó la mirada nunca de sobre ella —lo termine, pero no entiendo algunos términos que coloque, quería preguntarte si estuvo bien que lo haya puesto—
Laura ve alegremente la escena a lo lejos como si de una escena de películas se tratara. ¡se veían tan lindos juntos! Estos dos tortolos siempre se gustan, pero como la típica novela rosa. son tan despistados como para dar cuenta. Ella le presento a Manuel y se puede decir que fue amor a primera vista ya que manual es chico muy alegre y atractivo. Se ven tan bonitos juntos. ¡estaría un largo rato observándolos!
Se desvaneció su pensamiento al sentir el teléfono vibrando. le dio una mirada ambos para Salir de la terraza. Sacó su teléfono para ver el mensaje que le llego en tan inesperado momento
—¡Manuel! —pensó asombrada girándose a verlo. ¿cuándo había sacado el teléfono para enviárselo sin que se diera cuenta? Abre el mensaje para ver qué cosa no pudo decírsele a la cara sino por mensaje.
"Laura, sabes que te quiero mucho, pero. como decirlo. ¡estorbas! ¿Me puedes dejar a solas con Martina " ☺ ♥
Laura prenso un puño mientras se alejaba dando grandes zancadas de la terraza. menos mal que estaba Martina con él, sino ahora estuviera reclamándole su falta de delicadeza. sabía que estorbaba en esa escena de enamorados. Pero pudo haber enviado un mensaje más cariñoso. ella pensaba irse ¡no era chismosa! Bueno… quizás un poco.
–¡Argg! – gruño saliendo a paso rápido de la terraza —en cuanto acabe la fiesta pateare miles de veces su gran—Paro de golpe su pensamiento al sentir que chocaba con un cuerpo bastante fuerte al parecer. se quejó en voz alta, no por que le haya dolido sino del susto. El hombre se dio la vuelta viéndola de frente.
—¡señorita Laura!—
–¡licenciado Fernando!– lo vio nerviosa, el hombre llevaba un jeans marino oscuro junto una camisa de botones azul rey y unos zapatos timberland marrón oscuro, cabe decir que se sorprendió bastante al verlo pues estaba acostumbrada a verlo vestir más formal —disculpe, no me fije por donde iba—
–no te preocupes, no fue mucho. ¿usted como esta? ¿disfruta la fiesta? –pregunto amable pero aun manteniendo el formalismo.
–Muy bien gracias por preguntar –responde precisa, pero con el típico tono de amabilidad. Realmente cada vez que se encontraba con él siempre quería evadirlo, pero un pensamiento de ella le dice que es ridículo por que en algún momento va a tener que tener más trato con el futuro dueño de la empresa.
Es amigo de Manuel. de hecho. estudio en el mismo instituto que ellos. es una persona sincera. Muy sincera. Es estricto. Demasiado. Viene a su mente la vez en la que Manuel hizo mal un informe y estuvo a punto de despedirlo, fue gracioso verlo suplicar por su trabajo.
Tiene un temperamento fuerte. Nunca lo he visto bajar la guardia con nadie ¡nadie! Y no hacía falta decir que era hermoso tanto de cara como de cuerpo, Según y que se ejercita cuatro veces a la semana y eso va acompañada de un rostro bien cuidado: tiene el pelo liso de color n***o, lindos ojos grises, pero conservando una mirada misteriosa y penetrante.
Dirán que realmente el hombre es todo un dios divino y que cualquier chica caería a sus pies, pero no a ella. Si le preguntaran hace dos años cuando antes era su amor platónico no les mentiría de que realmente se esforzaría en llamar su atención, pero hubo un momento en el que toda la ilusión que tuvo de él se desmorono al ver un cambio radical en su personalidad y una reputación de playboy. no era nada contra él, pero espero que se tarde mucho más de lo debido en ocupar el puesto de su padre dentro de la empresa.
—¿tienes unos minutos señorita Laura? —la saco de sus pensamientos con su voz grave y varonil —necesito hablar con usted ahora—
Lo vio extrañada. Que ella supiera él no tiene nada que hablar con ella. ella respondía a las órdenes del departamento de planificación y diseño o en tal caso su padre que aún tiene la empresa en sus manos –¿Qué necesita hablar conmigo señor Fernando? –noto que desfiguro su cara en una breve mueca que no supo descifrar muy bien. ¿había dicho algo malo?
El hombre de ojos grises volvió a enfocarla intensamente —Necesito que el viernes suplantes a Manuel— hablo como en tono autoritario como si de una orden estuvieran hablando y tiene que ser obedecida.
La chica tomo asiento junto con el –¿y eso? – pregunto sin prestarle atención al tono usado. Al fin y al cabo, ya se había acostumbrado a su forma de hablar, hasta le parecía normal y necesario no ofuscarse por eso si quiere permanecer en el puesto en donde está.
—¡Manuel se aprovecha de que lo conozco desde hace mucho y se tarda una eternidad en vez de ayudarme hace todo más difícil para mí!— su semblante cambio a uno enojado.
–No se preocupe licenciado–hablo tranquila –yo lo reemplazare –odiaba quedarse hasta tarde, pero preferiría eso que a tener a Manuel como un chicle pidiéndole dinero. además, lo manipularía con eso en cualquier momento —puedo preguntar sobre qué tema es el proyecto—
El hombre la vio con ojos curioso. Le gusta la actitud que la chica tiene para con su trabajo. Ha recibido buenos informe acerca de ella razón por lo cual pensó en ella de inmediato para este proyecto –qué bueno que pregunta, una empresa nos encargó… –
—¡licenciado Fernando! —Entro una alta joven de aproximada mente de la misma que el jefe. como unos veintisiete años, era rubia. pero un rubio casi dando a blanco con un vestido marrón sumamente corto pegado al cuerpo —con que aquí estas—dijo en un tono insinuante abrazándolo por detrás sin disimular las miradas provocativas hacia este –estas realmente irresistible jefe. –
—suéltame Oriana— hablo irritado saliéndose de su agarre —estoy ocupado ahora–
–¡Podría dejar de hablar de trabajo! vamos divirtámonos lejos de aquí– le propuso acercándosele mucho al oído descaradamente –estamos en una fiesta amor, diviértete, ¡ah!, hola Laura– volteo a verla de arriba abajo.
La de pelo marrón dando a rojizo marco una falsa sonrisa hacia la "rubia oxigenada" así es como ella le llamaba —creo que estoy de más, hablamos después— Salió a paso rápido de entre ellos. dio un vistazo al jardín para ver si todavía Manuel y Martina estaban juntos y efectivamente estaban en confianza, ¡no va interrumpir a esos dos tortolitos! se devolvió si tener en cuenta que el mesonero casi choca con ella, le sonrió en respuestas despreocupándolo de cualquier cosa y en el proceso le quito de su bandeja un coctel perdiéndose adentro de la pista de baile.
La rubia oxigenada sonrió arrogante observando con satisfacción como la chica se alejaba —¡aleluya! Por fin solos— intento ponerle las manos en su pecho.
–Quien te crees que eres– la aparto de encima de él —¡tú no eres nada mío! Solo eres una chica con la que decidí jugar un rato. no te hagas ilusione— dio un trago a su copa de vino.
La ignoro lo último que le dijo. —pero tienes que admitir que bien que te di material para que te entretengas Fernando—
el de ojos grises soltó una carcajada seca —ten en cuenta que yo sigo siendo tu jefe y tienes que mantenerte alejado en el ambiente laboral, o en tal caso cuando yo no te necesite—
—Pero mi amor, Fernando, yo creo que— el de pelo n***o le dirigió una mirada irritada–es decir, jefe, yo creo que hay tiempo de que se enamore –le paso la mano por la cara –y quisiera ser esa persona, si me deja, ya estoy alta de ser siempre su amante–
El de pelo n***o le aparto la mano asqueado –estas en cuerda floja Oriana, y respecto a lo que me dijiste –la vio directo a los ojos, la chica vio un rayo de esperanza –eso no te interesa– se alejó a paso rápido de la rubia, quería evitarla a toda costa, y aun tiene que buscar a Laura para terminar de hablar con ella. no le pudo proponer un trabajo especialmente delicado que debe proponerle.
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–¡Que aburrimiento! –se recostó apoyando más la cabeza en el sofá. estaba sentada viendo a la gente pasar, un chico de pelo n***o que respondía el seudónimo de andres fue hacia ella con gesto aburrido. se quedó a hablar unos minutos de cualquier trivialidad para dejar pasar el tiempo. Minutos después se fue alegando que estaba aburrido, ¡que irónico no!
Estuve varios minutos hablando con Ronald también trabajador en ingeniería en sistemas, pero me dejo hablando sola ¡al ver a una mujer con bastante trasero! pervertido de miércoles, si seguía así de mujeriego acabaría con cáncer.
Se levantó del cómodo lugar a buscar algo para tomar, tenía la garganta reseca.
–Laura– La buscaba con la vista el de ojos grises hasta que dio con ella, se le acercó al sofá, esta levanto la vista notando su presencia de inmediato –ah, con que aquí estabas— se sentó a su lado.
La chica se asombró por el tono —¿hice algo malo? —
El chico levanto una ceja irónica —nooo— hablo sarcástico —solo me dejaste a solas con Oriana, cuando era ella la que debía irse. Aún tengo que explicarte la propuesta de un trabajo—
—¿Se refiere al de Manuel? —
—Eso no es nada comparado con el trabajo que solo usted puede ofrecer— la chica lo vio intrigada encintándolo a continuar.
–Fernando – entro la rubia oxigenada persiguiéndolo –¿dónde estás?¡oye tú! –Cambio drásticamente el tono de voz dulce a uno arisco agarrando por el cuello a un chico de cabello largo y unas mechitas blancas —¿has visto a Fernando? —
El peliblanco la vio burlista —eres un fastidio, no estás cansada de perseguirlo y que huya, ¡consíguete una vida mujer! —
La chica echaba humo por los oídos de rabia –¡no tengo por qué escucharte fracasado! Limítate a solo responder mi pregunta—
el hombre de ojos grises cerro los ojos maldiciendo en su mente, vaya pesgoste que tenía el día de hoy –Vámonos– se levantó del sofá jalando a la chica del brazo levantándola del sofá haciendo que perdiera el control de la copa de champaña que sostenía derramándose ruidosamente contra el piso.
Laura abrió los ojos boquiabierta de la impresión y a la vez pena —¡Esperé un momento! — trataba de detenerse del empuje —déjame limpiar el desastre que hice—
—No te preocupes— la seguía jalando.
—Pero si no lo hago yo quien lo hará— explicó aun tratando de oponerse.
—Despreocúpate. alguien más lo hará, por algo pago—la jalo fuera del lugar con el único fin de hablar con ella y que Oriana no le interrumpiera, todo fue tan rápido que la jalo a un ascensor sin darle tiempo de protestar a la chica. demás esta decir que apenas entraron la puerta del ascensor cerro.
—Joven—interrumpió el gran silencio un viejito que los acompañaba en ascensor desde que se montaron —¿puede marcarme el número siete? —Fernando le hizo el favor. el señor le agradeció y salió del ascensor. apenas salió marco el número nueve.
La chica se movía inquieta moviendo sus piernas de un lado a otro –¿cuánto falta? – le pregunto turbada e inquieta.
–No lo sé– contesto simple –debe faltar poco–
Espero aproximadamente dos minutos que para ella era bastante para volver a preguntarle —¿ahora cuanta falta? —
El de pelo n***o vio preocupado que el ascensor no hacia ningún movimiento —no debe faltar mucho—intento tranquilizarla.
Se acercó en donde estaban los botones, presiono el número ocho y no pasaba nada, lo hizo de nuevo y nada, lo presiono por tercera vez y nada ¡adiós a la paciencia que tenía guardada! Empezó a oprimir sin sentido un montón de botones al azar, pero recibiendo el mismo resultado. Nada...—¡mierda! — dio un golpe a la pared.
–¿Q-que está pasando? –pregunto mostrando miedo en su rostro.
–El ascensor tiene una falla, y no se moverá hasta que vengan a repararlo– en cuanto dijo eso observo que la chica respiraba agitada –¿qué te pasa? – la vio respirar más agitada –¿Laura? –La vio respirar más como si le faltara el aire —¡por dios que te pasa! — se alteró por el silencio de ella. el la sujeto por los hombros para que lo viera a los ojos –¡respóndeme! –
– y-yo, y-yo –sentía que le faltaba el aire. La cara la tenía colorada. respiro profundo para poder decirle algo coherente –L-le temo a los lugares cerrados– el chico la vio inexpresivo perdido en la mirada de angustia ella le daba. Realmente sintió la pena de ella como si fuera la suya propia —¡por favor ayúdame! —