ESTEFANÍA
No sabía por qué le había dicho a Joshua que saldría a cenar con él al día siguiente.
Mi corazón estaba temblando más por el hecho de que me había comprometido a cena con él, que con el hecho de que esté yendo con Marcelino. Me ponía nerviosa el saber que estaría sola con él.
Con Marcelino era distinto por que era solo una cena de amigos. En cambio con Joshua, por más que lo quería ver solo como el papá de mi hijo, no podía dejar de verlo como una verdadera cita. Nunca podría verlo como amigo y eso me preocupaba. No quería aceptar que aún estaba loquita por él. Ni cuatro años fueron suficientes para borrar lo que tuve con él. Las brasas se estaban encendiendo y no sabía si echarle agua las prendería más.
Me subí al auto y puse música a todo volumen para intentar distraer
