ESTEFANÍA Madre mía. Quería que la tierra me tragara por no haber ocultado mis juguetes. No recordaba que Joshua podía tener esa mirada de escaner y darse cuenta de las cosas inmediatamente. Siempre había sido así desde que lo había conocido. Era el que se daba cuenta de los detalles como ese. Olor a cítricos. Nunca más iba a ver de la misma manera la esencia de cítricos. "Yo también quiero oler a cítricos" sus palabras me entraron a mi cuerpo erizando mi piel con sutileza. Me deseaba, y odiaba que me lo hiciera saber de esa manera tan... erótica. No volvería a comer naranjas en mi vida. — ¿Tú también quieres oler a cítricos? —Le pregunté con un tono tan sensual que hasta yo misma me sorprendí. Le estaba siguiendo el juego de manera involuntaria. Me mordí el labio inferior. Mi pul