ESTEFANÍA
De ser una rutina normal en el trabajo había pasado a ser un encuentro inolvidable.
Si en la noche anterior me hubieran dicho que Joshua iba a estar en la habitación que confundí, por el cansancio que arrastraba, con la de mi paciente, me habría reído. Nunca supe de él en todo este tiempo y lo más seguro es que a esta altura de la vida ya estaría casado con Paola.
Ese día me iba topar de lleno con la situación más extraña, psicodélica (por que no sabía cómo llamarla) y poco romántica de la vida. No sabría cómo describir este encuentro, pues encontrarme con mi ex esposo en plena revisión con el proctólogo era algo que nunca en la vida se me habría ocurrido. Joshua en la vida había sufrido de problemas del colón y el recto.
Lo que habían movido cuatro años llenos de cambios.
