Audrey llegó a su casa y afuera de ella se encontraba William, quien al verla sonrió. —¡Vaya! Hasta que veo, he tratado de verte, y ha sido imposible, pero al menos ahora sé que estás bien, tenía pensado buscarte en el trabajo. — Audrey llegó hasta él y lo abrazó. —Hola, perdona no he querido que te preocuparas por mí, tenía pensado pasar mañana temprano a visitarte. — Audrey abrió la puerta de su casa. — Ven entra. William entró algo precavido, sabía que si Federico se encontraba en casa terminarían peleando como pasaba siempre. —No te preocupes, no está, desde hace una semana que no ha estado. — eso hizo que su amigo frunciera el ceño. —¿Y eso? ¿Por qué? No es normal en tu padre. —Hay William, tengo tanto que contarte, lo primero es que mañana habrá una fiesta de cumpleaños e