Luego de poner sus pocas pertenecías en la pequeña maleta que había llevado, dejado todo como lo había encontrado. Marianela se sienta en la cama y se dispone a escribir las dos cartas. Una para Dimitri explicando sus razones para que tuviese para marcharse de esa manera y otra despidiéndose de Mathew. De este último es de quien más le duele despedirse. Como le podía explicar a un niño de cinco años que se debía ir por el bien de su corazón.
Escribió primero la de Mathew, sintió un dolor en su corazón, como si estuviera dejando a su único hijo abandonado en un lugar desconocido. Era uno de los dolores más grandes que había experimentado en sus cortos años de vida. Después de escribir las palabras más sencillas pero significativas de su vida para el niño comenzó a escribir la de Dimitri.
