Charles observaba a Avery mientras dormía, su cabello rojizo estaba esparcido por toda la almohada, aún no podía comprender cómo en tan poco tiempo tuviera sentimientos tan fuertes por ella. Nunca había pensado que encontraría el amor mientras preparaba su venganza, que pequeño y raro era el mundo, ese ángel que estaba ahora en su cama tenía que hacerse cargo de algo tan ruin y asqueroso, pero él no lo iba a permitir. Avery le había dicho muchas cosas que podían servirle, ya había mandando un mensaje diciendo lo que ella le había dicho, al día siguiente tendría que ir a trabajar, ¿Y cómo iba hacerlo si ella tenía que quedarse sola en la boca del lobo? Saber que podía pasarle lo mismo que a su madre no le gustaba para nada, pero no podía llevársela siempre porque Sander podía sospechar