—¿Qué has dicho?
—Mira Avery, te presento a mis grandes socios — Avery vio a los seis hombres aterrada. — Tranquila cariño, ellos aún no te harán nada. — ella lo miró con lágrimas en los ojos sin poder creer lo que oía, sencillamente no entendía qué pasaba. — Ven cariño, se una niña buena y siéntate aquí — Harry la llevó a un sillón y la sentó a la fuerza.
—No sé para qué vamos hacer esto Harry, yo ya te di una buena cantidad de dinero a ti y a Maggie por ella. — dijo Sander enojado.
—Sé que así es, pero ya que todos la vieron personalmente quiero saber que piensan, si no valía la cantidad que pedimos por ella. — Los hombres presentes miraban a Avery como si fuera una coca cola en el desierto.
—La verdad es que me gusta Harry, te p**o el doble de lo que pagó Ferrer y a él le devuelvo lo que invirtió — Sander empezó a negar con la cabeza, él no la iba a dar por nada en el mundo.
—No, no la voy a negociar, es mía y se acabó. — dijo Ferrer decidido.
—¿Qué pasa amigo? Es más te doy el doble y así me la dejas para mí — Sander era un hombre más que ambicioso y cruel por lo que en donde oyó la oferta, por un momento lo pensó. Pero volvió a negar con la cabeza.
—En otro momento hubiera aceptado tu propuesta pero esta vez no, Avery es mía y no se va a discutir más del tema. De igual forma ya los contratos están firmados. — dijo tranquilamente.
—¿Porqué te interesa tanto Avery? —Harry estaba muy sorprendido de que Sander no la negociara, incluso por eso aceptó que él la comprara en primer lugar, sabía que escucharía ofertas y ambos iban a tener buenas ganancias.
—Porque es un tratado de paz para mi hijo, quiero que vuelva a la casa y se encargue de mis negocios. — Harry se tensó al oírlo, no soportaba al hijo de Sander
—Así que Ferrer junior vuelve. ¿Estás seguro de lo que quieres hacer? Tu hijo no me inspira nada de confianza. — Sander lo miró con una sonrisa descarada.
—¿Por qué? ¿Por qué empezó su empresa legalmente? Él conoce mis negocios Harry, y aunque al principio no le gustaba, me he enterado que poco a poco se ha metido, y al parecer le ha gustado, así que él es el único que puede tomar mi lugar.
—¿Y no te parece extraño que ahora sí esté interesado?
—No, lo lleva en la sangre, además recuerda que yo lo he tenido vigilado siempre. — Harry dejó el tema hasta ahí, porque unos gritos que provenían de alguna parte de la casa llamaron la atención de todos.
Un hombre con cara de ser el diablo apareció en la sala trayendo a una chica por el cabello y desnuda. — ella gritaba del dolor, Avery lloraba sin parar y sin entender que era toda esa pesadilla.
—¿Qué es lo que pasa Lucifer?
—Está maldita perra acaba de apuñalar al señor Rocher y pretendía escapar — de un movimiento brusco la tiró en la sala, haciendo que la chica jadeara del dolor.
—¿Con que esta preciosa putita se está portando mal? — dijo uno de los hombres que estaban en la sala, y se arrodilló junto a la chica, empezó a tocarla de forma asquerosa. — Vamos a enseñarle que las cosas se hacen a nuestro modo. — El hombre que la había traído volvió agarrarla del pelo y la levantó del suelo, él ya sabía dónde llevarla, Harry se giró a Avery que estaba como en trance.
—Ven cariño, voy a enseñarte qué es lo que pasa si no haces caso — Harry la tomó de un brazo y la levantó, ella no quería ni siquiera caminar — sino obedeces te va ir mal, así que camina de una puta vez — Avery empezó a caminar al oír la voz tan amenazante de Harry, llegaron a una habitación que daban ganas de salir corriendo, todo era horrible, ella sabía de qué era esa habitación, ya había leído en algún libro, la llamaban la habitación del dolor. Harry volvió a sentarla a ella en un sillón, y él lo hizo a un lado de ella.
Lucifer, la tiró a la gran cama que había en medio de la habitación, tenía cuatro postes, y en cada uno de ellos le amarró los brazos y las piernas de la mujer con esposas, los hombres se desvistieron, uno a uno agarraron un látigo, todos los golpearon, y se la cogieron de tres en tres, hasta que ellos se cansaron de jugar con la mujer la dejaron llena de sangre y casi muerta en la cama.
Avery a este punto estaba totalmente shock, ya no lloraba, estaba totalmente ida, había vomitado y gritado, pero Harry le había tapado la boca a tal punto que casi la asfixia.
—Bueno la función ha terminado — dijo el mismo hombre que se había arrodillado a la chica cuando la llevaron a la sala.
—Yo llevaré a Avery a su nueva habitación — dijo Harry levantándose junto con Avery, a la cual él tenía que llevar porque no parecía moverse.
—Harry, quiero llevarla conmigo — dijo Sander terminando de vestirse, Avery oír eso hizo que saliera del trance y empezó negar con la cabeza.
—No Sander, recuerda que debemos prepararla — dijo Harry serio— Maggie vendrá mañana.
—Pero Avery creció con Maggie, ¿acaso no le enseñó a comportarse cómo debía? — Harry por un momento lo pensó, Ferrer tenía razón.
—Deja que ella mañana lo decida. — Sander asintió.
—De acuerdo, pero dile que la quiero llevar mañana mismo a mi casa, mi hijo llega hoy, yo quería dársela de regalo. — Harry puso los ojos en blanco al oírlo.
—Pues vas a tener que esperar. Ahora vamos — salieron de ahí mientras guiaba a Avery a la que sería su nueva habitación, al menos de momento. — Siéntete cómo en casa cariño. — Harry la llevó hasta la cama — no creo que tengas hambre, esa puerta de ahí — dijo señalando a la izquierda — es el baño — y esa otra — señaló a la derecha — es un armario, pero igual lo más seguro mañana te irás, así que no lo vas a necesitar.
Avery lo miró a los ojos y reunió fuerzas de su interior.
—¿Por qué me haces esto? — preguntó en un susurro.
—Porque me pagaron muy bien por ti, porque son negocios, porque es en lo que trabajo.
—¿Nunca me has amado? — Harry se acercó hasta ella y se acuclilló ante ella.
—Siempre has sido increíblemente hermosa cariño, pero Maggie es una amante excepcional y nunca me perdonaría que yo me fijara en otra, así que trato de ser fiel, aunque me gustan mucho otras. Además que es mi socia, por eso trato de llevar las cosas como se deben. Si por mi fuera ahorita estuviera haciéndote mía, pero te compraron virgen, y hasta el momento debo entregarte así. — se acercó y besó sus labios — dulces sueños cariño. — dijo saliendo de la habitación y dejando a Avery sola.