Ya han pasado dos semanas desde aquella discusión con mi padre en la cocina, y si digo pequeña es porque realmente la ha sido, anteriormente habían gritos, objetos rotos y golpes. Ahora me encuentro sentada en mi cama terminando de arreglarme para irme a trabajar, últimamente he ido mejorando mi talento para ocultar lo que realmente siento, con la situación del Señor Silva mi jefe, me he sentido asqueada, las dos semanas anteriores no ha parado de manosearme, besarme a la fuerza, para luego amenazarme y pagarme como si yo fuera su prostituta, me he sentido muy asfixiada con todo esto, no sé a quién acudir, no sé qué hacer, solo sé que he guardado todo el dinero que me ha dado para usarlo en su contra, ¿irónico no? Me he convertido en una experta en ocultar mis emociones, cuando sonrío, r