Ella me observaba desde lejos con una mirada lasciva y perversa que me helaba la sangre y los huesos, la sangre corría hacia mí corazón demasiado rápido. Muchas veces podía verla sentada en esa banca sucia y destruida del parque, donde siempre iba con mis amigos, no había día que no la viera, pero siempre aparecía a las 6:00p.m ¿por qué? No lo sé muy bien, se reía de mí de una manera extraña que no podía hacer nada más que sentir su mirada penetrante en mi espalda cada m*****o día. Un día se me acercó, era la mujer más horrible que había visto en mi vida, su cabello estaba sucio y enmarañado, parecía un nido de pájaros, sus dientes amarrillos que desprendían un hedor putrefacto, su vestimenta era un asco y no hablemos de su piel grisácea, ¿estará enferma? Recuerdo que me dijo "Hola, ¿Cómo estás? ¿Te acuerdas de mí, cierto?" la miré extrañado y la ignoré como si nunca la fuera visto en mi vida. Ella no perdía la esperanza de acercarse a mí, hasta cuando estaba con mis amigos, desde lejos, ella me observaba, les pregunté a mis amigos si veían a la chica sentada en la banca, recuerdo sus miradas de duda y respondieron “¿qué chica? Ahí no hay nadie, solo esa banca vieja ya déjate de boberías” y siguieron hablando, ese día no dejé de mirarla, bueno, para mis amigos yo solo contemplaba la banca, pero ella estaba allí. Al llegar a mi casa, comencé a investigar, era nuevo por acá ya que me había venido a estudiar, me había quedado con mi tía, tenía el sentimiento de que ya había estado allí, cuando era la primera vez que iba, interrogué a mi tía acerca de la banca, me ignoró, sacó otro tema a pesar de que la atmosfera se sentía tensa, nadie me daba respuestas y mi única opción fue ir a verla, eran las 12:00a.m. No sabía si ella estaría allí pero fui, me coloqué una campera negra y me dirigí al parque, al llegar a la banca me senté, esta rechinaba, solo al moverme pude observar que desde acá se veía perfectamente donde solía sentarme. Cerré los ojos y sin querer me quedé dormido, cuando los volví a abrir eran las 3:15a.m. Tomé la decisión de volver a casa cuando una mano fría se posa en mi brazo, volteé la mirada encontrándome con su aspecto el cual sigue aterrador “Hola, ¿Cómo estás? ¿Ya me Recuerdas?” esta vez respondí con temor “Hola, estoy bien pero… ¿Quién eres? ¿Qué busca de mí?” esa fue la primera vez que lloré de miedo, comenzó a reír de una manera psicópata y de su boca salía un líquido n***o, su cara se desfiguró, parecía una maldita película de terror, así que sin pensar corrí sin mirar atrás, corrí por mi vida, sentí que dependía de mis pies. Ese día no pude conciliar el sueño, me quede mirando el techo con el corazón desbocado. Al día siguiente mi tía me preguntó porque había estado haciendo ruido, mi cara demostró que no sabía de qué estaba hablando, solo pude decir "No sé, no me acuerdo muy bien, tía" no me creyó, pero lo dejó pasar. Así pasaron los meses, seguía viéndola pero no me acercaba. Llegó el 14 de Mayo, una gran fiesta se celebró, era mi cumpleaños número 19, todos mis amigos asistieron y mi tía llevó una señora desconocida para mí, la observé detenidamente, era bajita y regordeta, me saludó "Hola mijito, desde hace mucho no te veía, estas grande y bonito" le sonreí por educación sin saber de qué hablaba hasta que un flash back me cruzó por la mente y un recuerdo de hace 4 años se hizo presente, me encontraba con una niña de un hermoso cabello n***o, su mirada era tierna, su piel parecía porcelana y estaba sentada en esa banca. Desperté en mi cuarto, mi tía se hallaba al lado mío preocupada, me abrazó mientras lloraba, susurrándome "no te puedo perder dos veces, no lo soportaría, no debí haberte traído de nuevo"