No sé cómo iba a manejar esta situación, debía encontrar a Damián, y estaba seguro de que ese trío de mosqueteros que estaban protegiendo a mi estrella no me dejarían verla hasta no asegurarles que no corría peligro. — A ver si entendí bien. — decía Luke viendo las nubes y el reloj que ya marcaba la madrugada. —Tu razón de vida es tu odiosa estrella, y dices que la has recuperado. ¿Qué significa eso? ¿Salió de su tumba? — Algo así, sus amigos la han tenido protegiéndola durante estos meses, estaba en coma, y hoy, cuando la vi, le hablé y se ha despertado. — No puedo creerlo. Eres un maldito suertero. — Lo soy, pero nada es perfecto porque mi estrella regresó castigándome de la peor manera que podía hacerlo — me mira sin entender — su olvido. Charlotte no sabe quién soy, ni ella