Pocas veces Leo había asistido a esta clase de “Galas” que ahora parecía eran parte de su agenda de “nuevo rico”. Cuando Matilde lo invitó a La Serena a festejar el cumpleaños de su amiga se quedaron sólo 15 minutos, así que mucha experiencia no tenía y hoy debía arreglárselas para no poner en pena a Greta Del Moral, hacer que Henry muriera de envidia y sobre todo no expresar sus sentimientos por Matilde. Leo recogió a su acompañante, una hora después de que su hermano había dejado la casa. Ella lo recibió vistiendo ese hermoso vestido azul aterciopelado, con el cabello ondulado y corto y ambos se dirigieron a la gala que había en honor a uno de los personajes distinguidos de España. Antes de entrar Greta se acomodó el vestido y lo vio de frente. ―¿Qué tal me veo? ― preguntó. ―Precio