Mordisqueando su labio inferior, Elliot observaba desde la cocina la suciedad de su piso frente a la entrada, tendría que pasar unos paños húmedos para retirar el lodo de la madera y luego secaría. Observando a Isaac, contempló a su amigo intentando arreglar su puerta, colocándole nuevamente las bisagras a esta. Sabía que, aunque lo arreglara, no iba a servir de mucho porque los seguros estaban inservibles y, de todas formas, nada servía contra la fuerza de un cambiaformas. Lo había sabido antes también, pero aun así servía como algo de consuelo el saber que estaban ahí. Y por más que tratara de distraerse con ello, la verdad era que toda su atención estaba en realidad en lo que ocurría del otro lado de la puerta, unos pasos alejados de su casa, donde Jude se encontraba hablando con Ale