Siendo pasadas las doce de la noche, Elliot encontraba bastante extraño que alguien estuviera tocando la puerta de su casa, en especial porque la estuvieran golpeando realmente y no tratando de derribarla. Dejando de leer el viejo libro, mordisqueó su labio inferior mientras pensaba en quién podría ser. Estaba tentado a apagar incluso la pequeña lámpara al lado de su cama que le permitía leer tranquilamente. No era Isaac, el omega lo sabía con certeza debido a que el alfa había estado acompañándolo durante la tarde y, además, este tenía la llave de la puerta por lo que, si quisiera entrar, habría golpeado tres veces, dicho su nombre y luego habría entrado como estaba acostumbrado. Jude, Miles y Adam nunca habían estado en su casa. Y si fuera algún idiota de la manada, éste estaría azot