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Cuando presionó el botón del control remoto del televisor y se encendió, mi hija se sentó en su pequeño y cómodo sofá cerca del televisor, sentada en el sofá al lado de mi pequeña, me quedé pensando y preguntándome si ella quería que mi casarme con Gerard iría bien y lograría que me amara como yo lo amaba a él, o sería mejor olvidar que yo era su esposa y que él solo era mi jefe como lo establece legalmente nuestro contrato, para complacerlo cuando buscara mi cuerpo en la cama y dejar que se complacera cuando me quisiera. Aunque no quería convencerme de que eso sería lo único entre ellos dos. Cerré los ojos pensando en los hermosos ojos de mi esposo, en la suavidad de sus manos cuando acariciaban mi cuerpo haciéndome sentir sensaciones que nunca pensé que nadie me haría sentir, abriendo mi