¿Dónde está el novio?
Julie.
—¿Estás loca también? —Miré a Sarah, quien me preguntó con sus ojos de cierva.
—No, cariño… ven aquí —le respondí acercándola mientras un montón de cajas nos rodeaban diciéndome que quedaba mucho por hacer, y que solo quedaba una semana para mi boda. Y eso me hacía saltarme los latidos muchas veces al día. Sé que he visto a la persona y no pasaba nada. Pero… la única cosa que hizo que mis manos frías, fue el hecho de que nunca lo he visto después de ese evento del anillo. A veces traté de hablar con el Sr. Lucca, pero él siempre tenía algo que hacer. Y ningún momento parecía el momento adecuado.
Me fui a mi habitación. Mis hombros estaban duros y había un nudo en mi garganta al recordar cómo estaban actuando Anna y Rachael. Solo quería a una persona que pueda entenderme. Con quien podría compartir lo cansado que fue mi día.
La tensión en la casa era lo suficientemente densa. Anna estaba segura de que yo estaba planeando esto todo el tiempo mientras Rachael estaba enojada pensando que este trato era inmoral, lo que lo hacía parecer más inmoral de lo que pensaba anteriormente.
Cambiarnos de apartamento me había costado más pelo que estos últimos siete años de trabajo y sin olvidar que era exactamente lo que había pensado en mi gran día en una semana.
Descansando mi espalda en la cama dejé salir toda la frustración. No me gusta ser débil. Es lo peor. No recuerdo si alguna vez he llorado en los últimos años. Ni siquiera el día en que murió mi padre.
Pero el día en que lloré como una niña frente a una audiencia todavía estaba fresco en mi mente. Me reí un poco recordando el día.
—¿Qué tan estúpida fui? —Susurré recordando el día en que perdí toda esperanza de encontrar una familia, pero en el fondo espero que no sea cierto.
Gemí antes de tomar mi teléfono celular y comencé a leer los artículos que había guardado sobre mi prometido. Y la mitad de los artículos habían sido sobre su empresa comercial o sus logros. Me pregunto qué les iba a decir a mis hijos… si eso sucede, por supuesto… quiero niños… sí… lo sé, pero ¿y si él no quiere? Me quedé mirando mi diamante bellamente tallado y susurré:
—Parece alguien que adoraría a los niños —Lo recordé sosteniendo a la niña.
Me pregunto si habrá una novia en todo este mundo que no sepa a qué tipo de lugar se mudará después de su boda. Tenía tanto derecho… pero… pero… literalmente me estaba vendiendo por un millón y no tengo ganas de preguntar. Quiero decir… ni siquiera le pregunté al Sr. Lucca quién era su hijo y ahora que lo he visto que es bastante normal, me sentí mal al preguntar.
Los artículos dicen que se encuentra entre las veinte personas más ricas de Europa. Hice Zoom en una de sus fotos donde parecía hablar con una persona. He visto esta mandíbula. Se ve más delicioso en persona… Me pregunto si él está pensando en mí… debería… ¿Por qué no tenemos los números del otro?… porque… te estás vendiendo a ti misma… ¡Pero él no! ¿Por qué no puede contactarme para decirme dónde viviremos?… o … Si quiere tener hijos o no…
Llegó la mañana y preparé el desayuno en casa dado que Rachael necesitaba comida casera y ya no podíamos simplemente pedir. Gemí sujetándome la espalda y me volví para ver venir a Anna. Sabía que amaba su nueva habitación. El Sr. Lucca me ofreció esta casa y he hecho los papeles a nombre de Rachael para que no tenga ningún problema en el futuro.
—No necesitas hacer esto. Puedo hacer esto por mi mamá —Miré a mi hermana de trece años que estaba claramente enojada.
—Sabes que puedes hablar conmigo. Te escucharé —respondí.
—Para empezar… tienes bolsas en los ojos, una cara cansada y realmente no te ves como quien se va a casar. ¿Lo estás haciendo todo para hacerte inocente o qué? —Apagué la estufa antes de mirarla.
—No estoy tratando de parecer nada… —comencé, pero me cortaron.
—Todo es perfecto, Julie… ¿Por qué te vas? Yo… nunca pensé que serías tan egoísta.
—¿Egoísta? —No me sorprendió que me dijera esto, porque esto es lo que me ha estado diciendo durante dos meses desde que me comprometí.
—¿Qué más explicaría que escondas a este rico prometido tuyo de nosotros? ¿O… o lo estabas tramando, tratando de engatusarlo?
—¡Anna! —Jadeé, pero ignorándome, comenzó a sacar los platos antes de volver a atacarme.
—Por favor, no hagas esto… tenemos la tienda de vuelta… una casa… podemos devolverle el dinero sobrante y… y al menos puedes retrasar tu boda si amas MUCHO al chico… ¡Te necesitamos! —Ella dejó que la última parte viniera hacia mí y sentí que mis ataduras caían cuando escuché a Rachael salir de su habitación.
—No hagas esto Anna… —Miré a Rachael que vino hacia mí y me relajé cuando me abrazó por primera vez en los dos meses y me pregunté qué había cambiado. La abracé durante unos segundos antes de que susurrara—: Solo te deseo lo mejor en este nuevo viaje… ¿Me mostrarás tu vestido? —Ella me preguntó haciéndome sonreír. Un montón de lágrimas se atascaron en mi garganta y solo pude asentir.
Anna todavía estaba enojada durante el desayuno y no se unió a nosotras cuando saqué el vestido para mostrárselo a Rachael. Sarah ya había visto el vestido muchas veces, pero seguía mirándolo como si fuera la primera vez.
—Serás la novia más hermosa… lo sé —dijo Rachael haciéndome sonrojar. Todo el día fue más liviano y abrazaba a Rachael a menudo.
—Estoy perdida, papá —le dije poniendo rígida a Rachael. Quizás no debería haberlo mencionado. Después de mí, extrañarían aún más a papá. Y no tendrá a nadie con quien hablar sobre papá.
Por la noche, volvía a mirar las fotos de Matteo. El Sr. Lucca me había pedido que lo viera mañana, ya que vendrían nuevamente algunos invitados importantes. En estos dos meses, había pedido el mismo favor muchas veces.
Sobre todo, en momentos como este, solo me doy cuenta de cómo saben los peces gordos, o lo que el Sr. Lucca dijo que quería decir cuando necesitaba tolerancia en mí. Por supuesto, ser parte de la vida de su hijo iba a ser mucho trabajo. Me pregunté si también tenía que pasar mucho tiempo en Italia con su hijo porque así no podré ver más a mi familia.
Un golpe me hizo mirar a la puerta.
—¿Puedo pasar? —Rachael preguntó haciéndome sonreír.
—Sí —respondí de inmediato.
Vino a sentarse en mi cama y dijo:
—Tu habitación parece genial…
—Gracias…
—Yo… no deberías haber hecho esto… al menos no por nosotras. —La miré avergonzada sin saber qué decir.
—¿No tienes idea de lo que hubiera sido la vida sin ti, Rachael? ¿Qué podía hacer después de…? —Le dije esperando que ella entendiera.
—Me estaba muriendo sabiendo que mis hijas tienen a alguien —Esto me hizo sonreír, estaba a punto de sostener su mano cuando ella me hizo pasar un trago amargo.
—Tú… no debiste haberme ocultado este hecho, de que lo estás haciendo por nosotras… podrías haberme dicho que has encontrado a alguien y te vas a casar. No te hubiera detenido… —Esto hizo que mis ojos se estrecharan.
—Tú … Crees que estoy mintiendo. YO…
—Sé que no estás mintiendo. Sé que has hecho esto por nosotras… pero saber… —Dejó escapar un largo suspiro antes de agregar—, que estás haciendo tanto por todos nosotras… no te lo mereces, Julie. Ya has hecho lo suficiente.
Mantuve sus manos entre las mías durante unos segundos.
—Sabes que nunca he considerado a Anna y Sarah menos que a una familia… no tienes idea de cuánto… cuánto significó esta palabra familia para mí…
—Lo sé… te conozco Julie… siempre lo supe —Sonreí antes de negar con la cabeza.
—Relájate… estoy bien… y este hombre… lo he conocido. Es un buen partido… parece perfecto…
—Lo sé, pero… todavía no te merecías esto. Estoy segura de que el señor Lucca debe haberle recordado muchas veces cómo te ha dado dinero —No sabía cómo Rachael sabía esto. Quizás fue su experiencia de cómo trabaja la gente. Pero no importaba, ¿verdad? Incluso si el Sr. Lucca me hace recordar esto… no estaba del todo equivocada. Y acepté este… trabajo… un trabajo de por vida… que ahora viendo como es el hijo del Sr. Lucca no parece muy difícil.
—No lo ha hecho. Créame, estoy bien… —mentí.
—Necesito decirte algo… no preguntarte… algo —Ella me interrumpió y el nerviosismo en su voz estaba asentando algo en mí.
—¿Qué?
—No quiero que vuelvas hacer nada por nosotros… en tu nueva vida. Solo concéntrate en ti y en… tu verdadera familia… y… y… y… recuerda una cosa, Julie. Te mereces amor incluso si no trabajas por él…
Las palabras me hicieron recordar algo… para ser exactos… a alguien, pero negué con la cabeza antes de acercarme a Rachael y la sostuve en mis brazos antes de susurrar.
—Lo sé… nunca trabajé para conseguir el amor de papá… el afecto de Sarah y Anna… te amo… siempre te amé… cruzaré océanos si tengo que hacerlo… nunca viviré mi vida sabiendo que mi familia está en problemas. Y ustedes tres siempre serán mi verdadera familia —Di un largo suspiro antes de afirmar que ella ya lo sabía—. He transferido dinero a su cuenta y eso será suficiente. Con la tienda de papá, estarás bien por tu cuenta…
Mi habla se interrumpió cuando descubrí que su hipo era más fuerte.
—Oye… Rachael… ¿Qué pasa? … Estoy bien, te prometo que estoy bien —sostuve su rostro entre mis manos y traté de sonreír lo mejor que pude para demostrarle que era lo suficientemente fuerte.
—Tu padre era… amigo del padre George —Por supuesto, incluso después de años, sabía este nombre. Podría hacerme sentir frío o disgusto… pero ¿cómo podría ser amigo de papá? Solo lo conoció cuando vino a buscarme—. Nosotros sabíamos que eras uno de los niños que habían sido enviados de regreso por tres familias… y… eras la niña más disciplinada del orfanato.
—Sé que ustedes dos sabían esto, ¿a dónde quieres llegar? —pregunté.
—No te adoptamos porque eras… su hija. Te contactamos porque después de Anna tuve hipertensión y, sabíamos que serías una candidata perfecta para ayudar…
—¿Por qué estás haciendo esto? —mi voz salió más fuerte de lo que quería.
—Lo siento mucho —dijo con hipo.
—No… sé que era mi papá... sé… estás… mintiendo… ¿Por qué estás haciendo esto Rachael?
—Te estoy diciendo la verdad. Entonces… no te metas en más problemas por nosotras.
—Yo… iré al orfanato. Les preguntaré —Me negué a confiar en Rachael.
—Si lo recuerdas correctamente, no fui grosera contigo al principio. Pero el momento en que tu papá decidió tratarte como su verdadera hija fue el instante en que todo empezó a ir cuesta abajo. Tú le hacías recordar a su hermana, y la forma en que solías participar activamente y ser disciplinada, cualquiera podría enamorarse de ti… aunque sus intenciones al principio eran significar que realmente vivía en ti como un amigo y una hija.
Mi cuerpo se estaba entumeciendo. En gran parte, todavía creía que no podía ser verdad. La forma en que solía ser para mí. Sí, recuerdo haberlo ayudado en la tienda después de ir a la escuela, pero fue… siempre fue divertido estar cerca de alguien que me ama incondicionalmente. O tal vez no…
—Lo siento mucho. Pero… no quiero que… —Rachael trató de decir algo.
—¿Por qué no podrías haberme dicho que ustedes dos me están adoptando?
—De esta forma cumplirías mejor con las visitas del orfanato a pesar de que estabas trabajando con tu papá… nunca lo mencionaste. Siempre piensas que lo estás haciendo por tu propia familia…
Mi mandíbula cayó mientras la mujer estaba sentada frente a mí, se volvió una desconocida.
—Rachael… vete… por favor… Se fue mientras tomaba mi cabeza entre mis manos. Me hundí en el suelo. Apoyando mi cabeza contra mi cama, traté de respirar profundamente.
“¡Eres una mierda! ¡Mierda no deseada! ¿Si quieres sobrevivir ahí fuera o ser aceptado? ¡Tienes que trabajar!”
Recordé al padre George gritando a todo pulmón, temblando de ira mientras lloraba conmigo y otros tres niños en su oficina y nos dio el castigo de estar de pie durante dos horas.
Yo… nunca creí que este hecho fuera cierto en mi caso, pero ahora… creo que estaba viviendo esto todo el tiempo sin mi conocimiento.
Intenté recordar cualquier momento en que papá no fuera bueno conmigo y yo no podía. Sí, lo ayudé en la tienda, pero nunca fue malo conmigo.
Porque estabas trabajando para él, Julie. No eras nada para él. Te amaba como alguien se enamora de su perro… te ganaste su amor. No te dieron su amor. Mi mente chilló haciéndome caer en ataques de hipo.
No salí de mi habitación a la mañana siguiente. Y solo me levanté de la cama cuando solo quedaba una hora para almorzar con el Sr. Luca. Las cosas que habría hecho en mi vida si papá nunca me hubiera adoptado eran innumerables.
Hubiera asistido a un colegio comunitario o estuviera viviendo en mi propio piso a partir de ahora no importa cuán pequeño fuera. Entonces, tendría tiempo para hacer amigos o encontrar el amor de mi vida. Todo este tiempo pensé que estaba trabajando para mi familia sin saber que no era nada para ellos.
Pero papá te amaba, Julie. Un pensamiento hizo eco haciéndome llorar sobre mi lavabo. ¿Por qué yo?
***
—Esto es demasiado costoso —Les comenté al Sr. Lucca mirando el collar que me pasó.
—No más que tú… quiero comprar todo este mundo para ti —Arqueé las cejas ante su comentario.
—Pero… Traté de decir, pero fui interrumpida de inmediato.
—Sabes que nunca tuvimos una hija en nuestra familia, al menos no desde que recuerde en la historia de mi familia. Para nosotros, nuestras nueras son siempre nuestras hijas —Esto me hizo presionar mi boca.
—Gracias, yo… quiero decirte algo —cerré la caja y sonreí.
—Cuéntamelo todo —respondió.
—Yo no era la verdadera hija del Sr. Cole como mencioné anteriormente. Soy su hija adoptiva. Yo… solo pude saber esto de Rachael anoche… creo que es conveniente que tú también lo sepas.
—¿Alguna vez sentiste que te trataron de manera diferente? —Bueno, técnicamente la respuesta fue sí, porque me adoptó para trabajar en su tienda o para cuidar de su casa, pero estuve tan ciega todo este tiempo que nunca sentí que me usaban.
—No…
—Entonces, ¿cuál es el problema? Hasta donde yo sé, deberías ser muy… indulgente con este asunto e incluso sentirte bendecido de tener una familia real.
Parpadeé al Sr. Lucca con sorpresa.
—Yo no soy Dios…
—Pero… una familia es una familia… Estás aquí pensando en lo que podría haber sido tu vida? Déjeme darle un test de realidad… podrías haberte convertido en una drogadicta o ser madre soltera… me refiero a si su madre hubiera sido alguien como esto también. Estoy seguro de que una adolescente embarazada te dejó en el orfanato —Miré al Sr. Lucca con total sorpresa—. No me mires así. Siempre debes estar en deuda con tu familia. Vete a casa y no olvides que ahora también nos tienes. ¡Qué más quieres!
¿Quizás la libertad de hacer lo que quiera hacer con mi vida?, Grité en mi mente, pero solo me quedé allí recibiendo cómo siempre, agradeciendo por lo que obtengo.
—Señor Lucca… tiene visitantes —miré a David, pero aparté la mirada al instante. Sabía que ya no tenía derecho a guiarlo. Yo era, yo era la promesa de alguien ahora.
—Creo que debería volver y disfrutar de este tiempo que le sobra con su familia… —me dijo el Sr. Lucca.
En el camino de regreso a casa, realmente me pregunté quién sería mi mamá. Durante los últimos años estuve convencido de que mi mamá era alguien que quería deshacerse de mí, pero en esta etapa, yo no quería saber más. A veces, no saber es una bendición.
Al regresar a casa, me recibieron con la cena, pero les dije que estaba llena y que no podía unirme a ellas. Por la noche, Rachael entró en mi habitación.
—¿Te arrepientes de haber tomado esta decisión por nosotras? —Preguntó y la miré sin comprender.
—No… Rachael. ¿Por qué me arrepentiría? Oh, no lo has conocido. Si lo hubieras conocido, estoy segura de que no estarías haciendo esta pregunta. Estoy bien, Rachael. Él es el mejor novio uno podría jamás tener —Le ofrecí una sonrisa sabiendo que la mujer frente a mí ya no merecía saber lo que siento.
En una hora, terminé llamando a mis amigas y contándoles sobre mi boda porque ¿por qué no? He aprendido mis lecciones. Nadie es nadie. Simplemente saltamos de un trabajo a otro. Por supuesto, mis amigas se sorprendieron, pero les envié el lugar de recepción, que era la mansión del Sr. Lucca. Tengo algunas tarjetas de invitación de repuesto y las envié por mensajería.
Por fin llegó el gran día. Pasé la mañana haciendo Zoom en una imagen de papá e hice clic en su camioneta. Me encantó lo genuinamente que estaba sonriendo aquí.
—Gracias —susurré.
Mía y yo teníamos una especie de conexión a partir de ahora. Podía confiar en ella por mi look mientras ella seguía diciéndome que no necesitaba mucho maquillaje porque ya tenía una piel estupenda. Sabía que lo decía solo por el bien de mi confianza, porque la cantidad de capas que pegó en mi cara contaba otra historia.
Sarah estaba conmigo todo el tiempo porque también quería prepararse y Mía estaba peinándola, cuando encontré a Katelyn entrando con Cecelia.
—¿Te ves increíble? —Comentó Cecelia mientras Katelyn se acercaba a darme un abrazo lateral.
—Gracias por venir —susurré.
—No… gracias por invitarme…
—Bueno… solo nos quedan cinco minutos, chica —Mía disculpó a mis amigos y yo defendí a Mía para ponerme el velo por delante.
—Pero… el novio aún no está aquí —dijo Katelyn haciéndome mirarla mientras una preocupación desconocida se instalaba en mí.
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