Mi brazo derecho se encuentra rodeando su cintura, su respiración pausada me indicaba que todavía no despierta, anoche después de aquella electrizante sesión nos bañamos juntos, un baño que nos llevó a explorar nuestros cuerpos nuevamente. Hannah era algo magnifico de ver, sus curvas, el color de sus ojos, sus labios cuando sonríen.
La apreté más contra mi cuerpo.
Mi remera blanca le quedaba algo holgada en el vientre, pero se adaptaba perfectamente a su busto, sus piernas desnudas estaban cubiertas por las sabanas y sus pies entre los míos, su olor particular se había ido y ahora tenía un leve aroma a mí.
Mis yemas acariciaron su vientre desnudo, así debíamos despertar la primera vez, juntos, disfrutando el calor que el otro nos proporcionaba. Lleve mi nariz a la curvatura de su cuell
