Capítulo 2LORD WARBURTON entró en su estudio. Era una de las habitaciones más atractivas de la mansión y tenía una magnífica vista hacia el jardín. Los cuadros sobre temas deportivos representaban los mejores logros de Stubbs y Sartorius. Las sillas estaban tapizadas en cuero rojo así como el sofá que había frente a la chimenea. Lord Warburton se sentó en éste y le dijo al amigo que se le acercaba, –Tienes buen aspecto, Charles, aunque te encuentro un poco más delgado. –No me sorprende– repuso el Mayor Charles Bruton–, teniendo en cuenta que he estado ejercitando tus caballos desde el alba hasta el anochecer. –¿Qué te parecen? –¡Maravillosos! Sobre todo los de sangre árabe. Lord Warburton sonrió levemente. Eso hizo que por un momento desapareciera de su rostro la expresión de cinismo