Capítulo 18.

1496 Words
Abro mis ojos con pesadez cuando algo pica mi mejilla, tapan mi boca con una enorme mano evitando que grite. Los ojos de Ares me miran con terror. Asiento cuando me dice que haga silencio, me suelto del agarre de mi alfa que me mantiene cautiva, él supiera cambiando la posición en la que se encuentra. Ambos salimos en completo silencio, caminamos por el pasillo hasta bajar las escaleras y caminar al despacho. —¿Qué sucede? —Ares pasa sus manos desordenando su cabello, me acerco tomando sus manos cuando empieza a rasguñarse—Oye, respira conmigo¿Si? —Él asiente, tomó una respiración profunda y él me acompaña —Eso, otra vez — Nos quedamos así por unos minutos, sus garras vuelven a ser manos y sus colmillos dientes. —Bien ¿Qué sucede? —Ares me observa traga saliva, me envuelve en un abrazo sorprendidome —¿Ares? —Mi hombre se empieza a humedecer. —No te quiero perder.—Susurra débilmente—Temo que no estés más a mi lado Jan, temo que algo malo te pase .—Lo alejo solo un poco. —Nada malo me va a pasar .—Le sonrió, Ares me suelta caminando hasta la mesa, me extiende un papel bañado en sangre. —¿Qué es esto? — —Un guerrero me la dió, estaba en las rondas cuando uno de ellos llegó pálido, el sueño se fue de mi cuerpo, me llene de pánico, pánico con que algo malo te pase — Bajo la vista abriendo la nota, el hedor desconocido para mí se hace presente con fuerza. Una mestiza, una hermosa mestiza tienes como beta, alfa Ares, gracias por darme el mejor regalo del mundo, me serviste lo más rico del mundo en bandeja de oro. Aplasto la nota gruñendo arrojandola al suelo. —Debes irte .—Ares me toma por los hombros—Si algo te pasa Jan, yo no se que— —Oye, por la diosa, deja el drama Ares, nada malo me va a pasar ¿Sabes con quién estás hablando? Con Janelle no importa que sea una maldita mestiza, nadie me domara, nadie que no sea mi mate o mi alfa pondrá conmigo — Toma sus manos en mis hombros apretandola. —Si algo te pasa — —No pienses eso .—Niego sonriéndole amistosamente —Pensemos mejor quien coño trajo está maldita nota— —Nadie, nadie si algún m*****o de la manada dice o hace algo para decir lo que eres morirá en el instante, esa fue parte del trato con la bruja .—Unos pasos se escuchan, ambos nos volteamos encontrando a Eros de brazos cruzados en la puerta. —Hermano te amo demasiado, pero aleja tus manos de mi mate .—Se acerca jalandome a él —No me gusta que ambos estén solos, menos en la madrugada, no me dan buenos recuerdos — Parpadeo varias veces sonriendo. —Hermano, no era Janelle, jamás me metí con ella, debes entender eso — —Lo entiendo, pero aún así…. Culpa a los celos —Hace una mueca —Confío en ambos y si los dos dicen que no paso nada, no paso nada, pero los celos — Me pongo de puntas dejando un beso. —Lo entiendo — Claro que lo hago, comprendo a mi alfa, debo hacerlo, mi instinto es mayor que cualquier lobo, pero él se un alfa está por encima del mío. Lo que es suyo en es suyo. —¿Qué estaban haciendo? ¿Sabes qué hora es?— Mete su cabeza en mi cuello suspirando, sopla erizando mis vellos. Ares recoge el papel del suelo y se lo extiende cuando levanta la vista. Su gruñido resuena por todo el despacho. —Si alguien toca a mi mate, toca a mi mujer lo incineró.—Gruñe apretándome a él —Nadie lastimar a mi mujer .—Sus caninos rasgan mi cuello. —Eros controlate .—Llevo mis manos a las suyas —Nadie me lastimara .—Libero poco a poco mi feromonas. —Debes estar seguros Jan debes aceptar al omega en ti, si sigues como vas estarás en desventaja .— Desvío la vista, ellos no entienden, no lo hacen,si lo hago seré débil, una beta débil es inaceptable, menos para alguien con sangre real de betas, con sangre de betas puros por generaciones. No lo hacen. No lo comprenden, dejaré de ser fuerte, ser omega es ser débil. —Es lo mejor mi mestiza .—Hago una mueca—Sin ti no podría vivir, quemó el mundo antes de que te vayas sin mí, debes aceptar esa parte que la diosa te brindo .—Eros besa mi cuello oliendome —Maldición hueles están delicioso — —Controla esas hormonas hermano, pero si Jan, Eros tiene razón, están en desventaja sin aceptarte completamente, puede ser difícil al principio aceptarte, pero la diosa te concedió ese hermoso regalo — Me suelto del agarre de mi alfa. —Pues empecemos mañana.—Les doy una sonrisa, Eros me observa achicando sus ojos, oculto la verdad de él. Me acerco dejando un beso en su barbilla, él me envuelve, ronronea feliz. —Si tuvieras la cola fuera la estarías moviendo.—Ares se burla. —Oh cállate que tú estás peor, sometido.—Muerdo mis labios con una sonrisa, Eros le dió donde más le duele. —No soy ningún sometido —  Gruñó enterrando mis garras en el suelo, dobló mi cuello bajando la cabeza gruñendo. —Obedeceme — Esa voz resuena en mi mente, gruño en negación. No puedo hacerlo, mi instinto grita que no lo haga, que no reconozca a la persona que está frente a mí, mi vista se nubla, gruño mordiendo cuando van por mi cuello. ¿Qué está pasando? ¿Qué estábamos haciendo? Mi respirando se descontrola, aulló con fuerza dando un zarpazo. —No se acerquen .—Esa voz. ¿De quién es? —Mi mestizaje, por favor vuelve .—Me alejo cuando él dueño de la voz intenta tocarme, gruñó mostrando mis dientes—No pasa nada, todo esta bien, Jan vuelve a mi — Un delicioso olor entra en mis fosas nasales, parpadeo varias veces divisando a Eros frente a mí y mis caninos casi mordiendolo. Abro mis ojos con terror al ver una enorme herida en su pecho. —Estoy bien, esto no es nada, crei que que de esa forma volverías — Acaricia mi cabeza, bajo mi cabeza negando. Me alejo de él, me vuelvo a acercar lamiendo la herida. —De nuevo — Eros me observa y asiente. Su imponente lobo se hace presente, sus ojos rojos me observan con cariño. Se acerca agrandando más su cuerpo, su olor se vuelve más potente, su instinto, su rango intenta doblegarme. Tragó saliva, bajando la cabeza. Eso sigue así Jan Mi respiración es un caos, la vista se me nubla por momentos, parpadeo y está vuelve a la normalidad. Siento que soy jalada lejos. Gruñó enterrando mis garras negando someterme, jamás me someteré alguien que no es mi alfa a alguien que no es mi mate. ¿Pero quién es él que intenta doblegarme? Ese olor es exquisito, ¿Quien lo porta? Jadeo gruñendo, siento mi cuerpo temblar. —Basta, no se acerquen, no es ella misma.—Su voz, esa voz llena de miedo me hace volver de golpe. Abro mis ojos al verme a punto de morder a mi mate. Me alejo de él de golpe asustada. Eros vuelve a la normalidad, se cubre su parte dándome una sonrisa tranquilizadora. —Estoy bien, solo te deje acercar para que sepas quién soy, no pasa nada, no me ibas a lastimar — —No mientas, estuve a punto de lastimarte, estuve a punto de lastimar a mi mate, al hombre que amo, si te llegara a morder tu— Niego asustada. ¿Qué me pasa? ¿Qué mierda pasa? —No lo hiciste, yo aún no voy a morir y menos por tu causa, te hubiera sacado de encima de mi fácilmente así que no pienses cosas demas ni hermana mestiza, tu jamás me lastimarías— —Ya lo hice, esa herida en tu pecho la hice yo— Me doy la vuelta, salgo de allí ocultando mi olor, ocultando mi lazo con Ares, con la manada y más importante con la persona que fácilmente me puede encontrar con mi alfa, mi mate. Corro todo lo que puedo, siento como la maleza lastima mis patas, soy vueltas al no lograr caer de pie, me sacudo intentando despejar mi mente. Siento el dolor de mi mate su desesperación. Jadeo cuando mis patas tiemblan, subo las rocas recostando mi cuerpo peluno a la enorme pared de piedra. Todo me empieza a dar vueltas y la oscuridad me consume. Antes de caer en la oscuridad siento suaves manos pasar por mi pelaje.

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