Janelle Hale.
Muerdo mis labios sin saber qué más hacer, solo dejo mis feromonas, Atenea con sus manos temblorosas se acerca a Diego, abrazandolo mientras él se encuentra en sus brazos en posición fetal.
—Duele —
Juro por la diosa que Dolores morirá bajo mis garras.
Poco a poco su cuerpo se tranquiliza hasta quedarse dormido en los brazos de la luna que le acaricia gentilmente su cabello.
Con ayuda de Ares, lo dejan acostado, Atenea lo mira, notando varios golpes, rasguños y heridas que tiene y aquellas que le están saliendo. La maldita le está siendo infiel.
—No entiendo, se supone que no debes dañar a tu mate, que no debes rechazarlo, es nuestro regalo .—Ares la abraza mientras que lágrimas ruedan por sus mejillas.
—Mi luna muchos no desean mates, aman a otras personas o simplemente aborrecen el regalo, los rechazan en el instante, otros luego de varios meses o días, luego de estar con su pareja .—Ares le explica limpiando las lágrimas de su luna —Cuando nos rechazan nos volvemos locos, por eso debemos tener cuidado con Diego puede cometer algo contra su vida y más al saber que su mate le está siendo infiel, el lazo aún no ha desaparecido por completo, poco logran sobrevivir un rechazo —
—¿Puedo quedarme con él? —
—Mi luna, eso no se pregunta —
Me alejo está salir de la habitación, cerró la puerta detrás de mí, suelto un largo suspiro, tragó saliva al verme frente unos hermosos ojos verdes que me observan con curiosidad y tristeza.
—Él está bien, si quieres puedes entrar.—Él niega, me remuevo incómoda, no sé qué hacer.
Eros da el primer paso hasta tenerme entre sus brazos, mi corazón empieza a latir como loco, poco a poco mi cuerpo deja de estar tenso, le permitió abrazarme, hace que me impulse y me carga, me dejó, no me quiero alejar de él.
Esto que acabo de pasar me puso a pensar mucho, no quiero perder a Eros, él solo hecho de pensar hace que mi corazón duela.
No quiero estar más lejos de él, yo no quiero, ver a Diego así, ver su dolor, su desespero me hizo darme cuenta que estoy desaprovechando mi oportunidad, que estoy siendo inmadura.
—Eros yo .—Nos sienta en su cama, ambos observándonos, no apartó mi mirada de él, me mantengo así, observando sus ojos verdes claros mirándome con tanto amor que hace que mis sentimientos se vuelvan locos.
Las mariposas en mi barriga aparecen con locura.
—Shu .—Me calla con un delicado beso—Perdóname Janelle por todo, tal vez no soy el mejor mate, pero te juro que daré todo de mi para ser digno de ti, yo, yo .—Lágrimas ruedan por sus mejillas, con una sonrisa tierna limpio sus lágrimas dejando mis manos en su rostro —Te amo, te he amado desde que soy un niño .—Su confesión me agarra desprevenida —Te empecé a odiar porque creí que que tú y mi hermano tenían algo y más al saber que estabas con Carlo, el orgullo me jodió, el dolor me cego, yo fui un completo idiota, todo estos años odiandote, haciendote sentir mal, por favor perdoname .—No puedo más, no al ver el dolor en sus ojos verdes, no al sentir por nuestro lazo la verdad.
Lo atraigo a mí, dejando un beso en sus labios, un beso que se intensifica, un beso lleno de amor, de perdón y con un sabor salado por las lágrimas derramadas.
—Perdoname a mí, Eros me comporte como una niña, yo te amo Eros .—Dejo que mis sentimientos se desborden por nuestro lazo, Eros respira profundo al sentir mis sentimientos.
Nos miramos a los ojos, lo abrazó a mí.
—Te perdonó .—Ambos decimos al unísono, nos vemos a los ojos y reímos.
Sus ojos de diferentes colores son lo único que logro ver.
Bajan sus capas y nos sonrien, sus ojos brillan más y sus colores se ven más vivos.

Con pesadez abro mis ojos, parpadeo varias veces, hasta enfocar mejor y sonrió al ver a Eros dormido.
Paso mis manos por su rostro con delicadeza.
Es hermoso.
Sus carnosos labios, rosados ligeramente abiertos, su nariz perfilada, su cabello n***o desordenado callendo por su rostro, su mandíbula marcada.
Muerdo mis labios, acercándome hasta dejar un beso en los suyos.
—Mmm .—Me atrae más a él, oliendome—Buenos días, despertar así es lo mejor .—Su voz ronca eriza mis bellos —Eres hermosa .—Me atrae a él, nos voltea dejándome debajo de su cuerpo, coloca su rostro en mi pecho cerrando sus ojos —Si despertar así es lo mejor, me encanta —
Me río dejando mi mano derecha en su cabello acariciandolo, libera un ronroneo que calienta mi pecho.
—Solo para ti serán mis ronroneos .—Levanta la cabeza observandome, mi rostro se tiñe de rojo, se acerca dejándome un beso.
Ambos nos vemos, él se levanta dejándome un vacío, camina hasta el baño y yo le sigo, me extiende un cepillo nuevo que no dudo en tomar, ambos nos cepillamos uno al lado del otro.
Él sale dejándome privacidad.
Todo esto es tan extraño, pero me encanta.
Hago mis necesidades metiéndome en el baño, dejó que el agua cubra mi cuerpo, al salir me envuelvo en una toalla que se encuentraba en la puerta del baño de la regadera.
Salgo encontrado una camisa de él extendida en la cama una bermuda de él y debajo de esta unas bragas que reconozco muy bien, una azul claro que tenía perdida desde hace unos días.
—Así que tú la tenías. —Me cruzo de brazos observandolo, su cabello está empapado y no lleva camisa.
—Cuando las ví no pude evitar tomarlas .—Se encoge de hombros.
—¿Cómo las viste? —Me acerco a él observandolo divertida—¿Estuviste mirando mi cajón de ropa interior? —Me mira mordiendo su labio asintiendo.
—No me equivoqué ese color te queda de maravilla .—Baja la vista al no tener la bermuda puesta.
Me alejo de él y deslizó la bermuda por mis piernas bajo su atenta mirada.
Ambos salimos tomados de las manos hasta llegar a la sala.
Félix se acerca nos mira y nos sonríe.
—Como deben estar .—Nos aplaude, para luego bajar la vista —¿Cómo está?—
—Él está bien, antes de darme un baño pase por la habitación aún sigue dormido —
—Ella está encarcelada al parecer la agarraron con sustancias peligrosas para nosotros.—Felix hace una mueca —Nunca creí que ella llegaría a esto—
Ambos suspiran, Eros me atrae a él dejando su barbilla apoyada en mi cabeza.
—Se ven tan hermosos, me declaro fan de Jeros —
—¿Jeros? —Eros pregunta.
Yo lo miró con curiosidad.
—Si, Jeros son sus nombres combinados, lo pensé de que supe que ambos serán mates, bueno mucho antes, desde que Eros nos confesó que estaba enamorado de ti —
Él susodicho se ríe un poco incómodo, Félix me extiende una carta que miró con curiosidad.
—Felix deja eso .—Eros me suelta y la toma entre sus manos con nervios, los miró con curiosidad y más a la carta.
—Es tuya, Eros te la hizo cuando teníamos diez .—Lo miró asombrada, él evita mi mirada—Se moría por tí desde temprana edad ¿Quién diría que le gustaban las mayores? Cinco años mayor, Eros eres un picaron —
—Chismoso .—Eros gruñe.
Me acerco a ellos y lo abrazó, mi corazón late de emoción.
Eros me ama desde que era un niño, ya me lo había dicho, pero ahora es tan real.
Ahora todo es tan real.
—Te amo .—Ambos chicos dejan de jugar entre ellos y me observan.
—¿Cómo? —Eros dice asombrado, que se lo diga a él es una cosa, pero que lo exprese es otra.
—Te amo Eros D'Angelo.—Me pongo de puntas dejando un beso en sus labios —Nos vemos luego .—Me alejo de él caminando hasta el despacho.
—Buenos días .—Ares me regala una sonrisa.
—Veo que ya están juntos —
—Si .—Muerdo mis labios con una sonrisa.
—Me alegra Jan, se lo merecen, ambos .—Se acerca a mi abrazándome, se separa levantando sus manos al escuchar un gruñido—Hombre controlate Eros —
Me río caminando hasta sentarme en mi silla con muchos papeles.
—Mi hermano si que es un posesivo —
—Escuche eso .—Me río.
Nos sentamos y nos disponemos a hacer todo el pendiente.
—¿Qué haremos con Dolores?—Preguntó sin levantar la vista de los papeles.
—Primero dejar que el lazo poco a poco desaparezca .—Ares une sus manos dejando los papeles a un lado —¿Quieres levantar el hechizo? —
Lo miró parpadeando sin saber de qué habla.
—¿Qué hechizo? —Ares maldice negando.
—¿No lo sabes? —Niego —Jan yo, lo siento mucho, creí que ya lo sabías —
—¿Saber que Ares? ¿Aún hay cosas que no sé? —Él evita mi mirada—Alfa .—Gruño tomando bajando mi cabeza, me tronó los dedos gruñendo.