Me desperté con los gemelos roncando levemente a mi lado. Como madrugadora me había aburrido muchísimo esperando a que despertaran; durmieron como troncos. Incluso después de que aparté los brazos y las piernas de Ivan y le di la vuelta, él no se inmutó en absoluto. Me vestí con una de las camisas de los gemelos. Usar su ropa me hizo sentir inusualmente emocionada. Con el aburrimiento como principal motivación, decidí explorar su gran mansión. Veinte minutos después, terminé parada en medio de su cocina, trabajando en uno de mis pasatiempos favoritos.Agité el aroma de mis gofres esponjosos hacia mí; olían deliciosos, como siempre. Ya casi no tenía tiempo para hornear o cocinar, con trabajo, quehaceres y otras molestas responsabilidades en el camino. Me sentí engreída después del increíble