Punto de vista de Kyra -Despierta, princesa -una voz profunda me despertó de mi sueño no tan tranquilo. Sentí hielo en la rodilla y me disparé a pesar del dolor en el que estaba todo mi cuerpo. Mi cabeza se sentía pesada. La migraña me estaba matando. Ni siquiera podía imaginar cómo había sobrevivido los últimos días. -Hace frío. ¿Qué estás haciendo? -le pedí al hombre que reconocí que era Elia, el hombre de Trevor, que estaba a cargo de mí. Me ignoró y me arrancó los vaqueros de rodillas. Mi rodilla estaba hinchada y palpitante de dolor. Cuando sus dedos entraron en contacto con mi rodilla, hice una mueca de dolor. -Si sales con vida, esta rodilla te va a dar problemas durante bastante tiempo. Puede que necesites unas muletas o una silla de ruedas -dijo, frotándome el hielo. Grité de