When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Capítulo — Las Verdades El claro de la pradera se llenaba de luz mientras el sol despuntaba por el horizonte. Todo estaba en silencio, salvo por el murmullo del viento y el leve canto de algunos pájaros que despertaban junto al día. Demián se giró hacia el grupo que aún los acompañaba en la distancia. Los miró fijamente y, sin hablar, usó el vínculo de la manada para pedirles algo: —Necesito hablar con ella —les dijo mentalmente—. Les agradezco la ayuda, pero esta charla es solo de nosotros dos. No le voy a hacer daño. Sin cuestionar, uno a uno fue dejando el claro. Mónica, Lilay, Esteban, Alan, Julio y Mariana desaparecieron entre los árboles, dejando a Eleonor y Demián completamente solos. Él respiró hondo y señaló un tronco caído al borde de la pradera. —¿Podés sentarte conmigo?