“Se necesitan dos piedras para hacer fuego.” Louisa May Alcott Emily llegó al consultorio, saludó a su padre; Elbert le pidió entrar a la sala de juntas para que estuviese presente mientras su equipo de trabajo evaluaba el caso particular de los pacientes que él tenía a su cargo. —Emily quiero que participes hoy en la junta que tendremos hoy para revisar los casos específicos de mis pacientes, creo que es hora de que comiences a implementar tus conocimientos directamente. —¿Quieres decir, que atenderé personalmente a alguno de tus pacientes? —Así es cariño. Llevas meses trabajando conmigo y siento que estás preparada para comenzar con algunos casos sencillos. —Claro que sí papá y gracias por apoyarme, quise decir Dr Collins —le dio un guiño. —Puedes llamarme papá cuando quieras,