"Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas" Sigmund Freud Luego de la boda de Selena y Elbert, ambos se fueron a unas breves vacaciones de luna de miel. Elbert dejó a cargo a Emily, ya estaba bastante preparada para asumir sus funciones como futura psicóloga. —Espero que todo esté bien —le comentó a Harris. —Lo estará, eres la mejor —Sonrió y besó sus labios. Emily se levantó y salió rumbo al consultorio. Era la oportunidad perfecta de demostrarse a sí misma sus propias habilidades y capacidades como profesional de la salud mental. Minutos después, llegó al consultorio. Emely se acercó a la nueva recepcionista y la saludó. —Buenos días, Evelia. —la mujer la miró risueña y le devolvió el saludo con amabilidad. —Buenos días,