—Nunca debí confiarme de que no regresaría más, pordiosera. —Elizabeth ve a Holly con asco—. Debí buscarte para enviarte más lejos —dice Elizabeth con tanto odio. Holly recoge sus cosas con pena y sale de la habitación, esto era lo menos que quería provocar, la verdad es que la llegada de Elizabeth era un sorpresa, especialmente porque Elizabeth quería sorprender a su hijo, pensaba que por lo menos se iba a alegrar de verla. —¿Acaso no sabes tocar la puerta? —reclama Ascher furioso. —Soy tu madre, ahora vístete. —Elizabeth mira a otro lado para darle su privacidad. Aunque eso debió pensarlo antes de entrar sin tocar, pero como toda madre, era du hijo, tenía derecho a entrar a su habitación, obviamente ya ciertas cosas dejar de ser como eran antes solo porque ha crecido, por ejemplo, el