Antonella Donatello y yo nos encontramos en una confrontación de miradas intensas. No hay necesidad de palabras para entender lo que está en juego. En su mirada desafiante, veo la arrogancia y la determinación que lo han llevado a cometer actos irresponsables. Me aseguro de que mis ojos reflejen mi desaprobación y preocupación por su comportamiento. Es evidente que Doti se quiere quedar con el lugar de líder de la mafia, y la tensión flota entre nosotros. La mirada que compartimos habla de la rivalidad y el desafío que existen en nuestra familia en este momento, y este enfrentamiento silencioso de miradas es solo el comienzo de una batalla mucho más grande. —¡Antonellita! ¡Luigi! —nos interrumpe Carlos, gracias a Dios —. ¡Qué buen partido el de hoy! —abraza primero a Luigi. Ok, a mi