—Sí, fue grandioso, porque, cuando me gradué de bachiller, ya era enfermera y entré a estudiar medicina. Me acomodé en la cama con ganas de saber más. Era la primera vez que sabía tanto de la familia de Walter. —¿Y él? ¿Qué cursos hizo cuando estaba en el colegio? —pregunté con mucha curiosidad. —Bueno… mi mamá cuando era niño lo inscribió en piano —contestó—, pero a Walter no le gustó, siempre ha sido malo con temas de arte, es más de números y ciencia como tal. Pero mi papá nunca dejó que se inclinara por esa parte, así que, cuando cumplió nueve años lo hizo estudiar taekwondo; increíble, llegó a ser cinturón n***o. Después lo dejó porque mi padre quería que aprendiera más sobre armas, lo inscribió a cursos de tiro y… también se lo llevaba a matar animales. —Vaya, increíble —solt