—No quiero que se muera, mamá, no quiero que se muera, ¡¿por qué?! ¡¿Por qué se tiene que morir?! —Ay, nena… —soltó mi madre comenzando a llorar también. Cuando llegué a casa de Stela, la encontré en la sala de estar del segundo piso, veía una película que desde ese momento comprendí el por qué ella la repetía tanto. Me di cuenta que la veía cuando estaba triste, una vez me había dicho que esa película la ponía feliz y su nombre es “El viaje de Chihiro”. A mí no era que me llamara mucho la atención el anime, tampoco había visto esa película, recordaba de qué iba la película porque una vez me pareció verla cuando era pequeña. —¿Tu tía se quedó en la clínica? —le pregunté sentándome a su lado. —Sí, se quedó a dormir con mamá —respondió sin quitarle la mirada al televisor. Un sil