Es increíble cuánto estamos dispuestos a cambiar cuando amamos de verdad. Aunque yo no logro comprender cuan tontos nos volvemos cuando conocemos a una persona que nos mete en aprietos, como Pablo; mi pobre amigo Pablo. —Las cuotas son baratas para lo bonito y bien situados que está el apartamento —explica Pablo mientras me muestra las fotos del apartamento que en la mañana visitó. —Je… —suelto mientras veo de forma aburrida las fotos. —Hablé con Eva y lo vamos a ir a ver mañana juntos para tomar la decisión si lo compramos o no —explica mientras apaga la pantalla del celular. —¿En serio? —respingo las cejas. —Sí —suelta con nerviosismo—. Voy a hacer un préstamo en el banco para pagar la cuota inicial. Suelto un suspiro de resignación. Sé que, por mucho que trate de convencerlo