Apenas entramos a su suite, ella cierra la puerta detrás suyo y al voltearme, me doy cuenta de la manera que me mira —Creí que la regla era no más besos— Comenta en un tono que no hace ver que este enojada. —Yo también lo creí, pero ese imbécil realmente hizo que me olvidara de todo eso— Explico y ella camina hacia mí. Se para frente a mí, y me mira a los ojos como si en ellos intentara encontrar la respuesta a algo —Siento mucho estar haciéndote pasar por todo esto, no deberías— Murmura y sonrió. —No se disculpe más, y mejor dígame ¿Cómo le puedo pagar mi promesa?— Hablo y me mira confundida. —¿De qué hablas?— Inquiere y vuelvo a sonreír. —Le debo una de las mejores noches de su vida— Contesto y ríe. Ella se da la media vuelta con la intención de alejarse de mí, pero antes de que pu