-Tu no eres más que una trepadora que quiere escalar muy en alto, pero no sabes que puedes caerte. Me he dado cuenta como miras a Santiago, aléjate de mi primo, no pongas tus ojos en el porqué podrás lamentarlo.
- Usted está muy equivocada, yo no quiero escalar ni nada que se le parezca, si estoy aquí es porqué quiero trabajar…
- Si, y que dijiste, a esta tonta la engaño…
- Crea lo que quiera señorita, no puedo hacerle cambiar su forma de pensar. Con permiso – intente pasar pero me sostuvo fuerte del brazo.
Sus ojos iracundos brillaban con la luz del sol.
-No me vas a dejar hablando sola…
- Suélteme…
- ¿Qué pasa? – Cuestiona el tal Cris.
Al menos su presencia sirvió para que aquella joven de retraso mental me saltase.
-No pasa nada primo, sola la estaba saludando – con el ceño
